Reseña de Wonder Woman núm. 1/40

La asombrosa nueva etapa de Wonder Woman a cargo de Tom King y Daniel Sampere se presenta en un tomo publicado por ECC Ediciones en el que también nos encontramos con Belén Ortega

Puede que la historia de Wonder Woman no este plagada de historias tan recordadas y grandiosas como la de Batman o Superman, pero por suerte es un personaje con el que los autores adecuados han sabido hacer grandes obras. Ese es el caso de Tom King, Daniel Sampere y Tomeu Morey, que juntos han comenzado una etapa con la serie regular del personaje que apunta a ser una de las mejores. ECC Ediciones nos hace llegar ahora un tomo que recopila el primer arco argumental de esta nueva era, titulado Proscrita.

Trinity, la nueva Wonder Woman

Aquellos lectores que no sean fieles a la actualidad de DC Comics se van a llevar una gran sorpresa nada más comenzar a leer este tomo. Nos encontramos con dos figuras en una playa, la de Batman y la de Superman. Pronto nos damos cuenta de que la acción se sitúa en el futuro, y que no estamos viendo ni a Clark Kent ni a Bruce Wayne, sino que son sus hijos Jon Kent y Damian Wayne quienes portan sus trajes.

El hecho de que estén en Isla Paraíso ya nos puede dar una idea de a quien están esperando, pero no, no es Diana Prince. Elizabeth “Lizzie” Marston Prince (¿un homenaje a William Moulton Marston?), la hija de Diana, se nos revela como la actual Wonder Woman, una chica que se ha criado como una hermana de Bruce y de Jon cuyo carisma y presencia no tienen nada que envidiar a los de estos dos.

Los tres se han reunido para enfrentarse a una serie de pruebas (dolor, destreza y honor) que nos llevarán hasta alguien conocido como el Soberano, un descendiente de la realeza que funcionará como villano odiable de la historia y que será el encargado de narrar lo que ocurrió en nuestro presente con Diana y su guerra contra los Estados Unidos…

No, gracias

King trata en este primer arco argumental de su nueva serie regular diversos temas, siendo la masculinidad tóxica y el daño que esta hace no solo a las mujeres sino también a los hombres el más evidente de ellos. Pero aquí también vamos a tener política y vamos a tener, cómo no, una disección del personaje principal de la historia, desmenuzándolo por partes para comprender porqué y cómo funciona.

Diana se nos va a presentar como una diosa que camina entre hombres y mujeres. Su superioridad es tal que la relación que establece con otros personajes, ya sean divinos o mortales, ya sean amigos o enemigos, está siempre claramente descompensada. Ese aspecto que la aleja de la humanidad se ve enfrentado a unas cualidades tan positivas (honor, compasión, amor) que en conjunto convierten al personaje en un ideal encarnado.

Y todo esto es especialmente evidente cuando le toca lidiar con aquellos que pretenden frenarla en su misión, con los que se oponen a que ella actúe por la justicia. La violencia nunca será su primera respuesta. Cuando alguien intenta que Diana se rinda, que ceda, que obedezca…la repuesta siempre será “No, gracias”.

La trama comienza cuando una amazona del pasado de Diana acaba con la vida de un grupo de hombres en un bar por motivos que no acaban de quedar muy claros. Esta bola de nieve crece hasta llegar a la actuación del gobierno de los Estados Unidos, declarando inmigrantes ilegales a las amazonas residentes en el país. Al término de este primer arco aún quedarán muchas respuestas por contestar, pero es más que suficiente para disfrutar con la narración de un King en plena forma, que brilla tanto con su potente voz narrativa como cuando utiliza recursos conocidos por sus incondicionales como la narración en acciones paralelas.

La consagración de Daniel Sampere

Sampere es un artista que hace tiempo que se ha colocado como uno de los más brillantes de DC Comics, probablemente desde sus colaboraciones con Tom Taylor, pero seguramente esta era la obra que definitivamente le consagra como uno de los más grandes artistas del cómic americano actual. Su delicado y detallado trazo nos deja algunos momentos de acción realmente espectaculares, pero es su sobria narrativa lo que realmente hace que esta historia funcione a la perfección. Y no hay que olvidarse del excelente trabajo de Morey al color, alguien que nunca falla.

También nos encontramos al final del tomo con una historia de tono infantil muy divertida que relata la juventud de Jon, Damian y Lizzie creciendo juntos, y en esta ocasión es la magnífica Belén Ortega la que acompaña a King. Esta historia les valió a sus autores una nominación a los Eisner de este año, lo cual ya es una carta de presentación suficientemente buena.

En resumidas cuentas, este tomo es probablemente lo mejor que se puede encontrar ahora en la continuidad actual de DC Comics. Da igual ser o no un amante de Wonder Woman, la calidad de esta etapa está por el momento muy por encima de ese tipo de filias. Solo cabe esperar que con este equipo la etapa llegue hasta su final sin las odiosas injerencias editoriales que podrían hacer mucho daño a una serie como esta.