jueves, noviembre 28, 2024

El Videoclub: Las aventuras de Zipi y Zape

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Panini

Zipi y Zape en su primera aventura cinematográfica.

Zipi y Zape es una creación de José Escobar que, oficialmente, vio la luz por primera vez en Pulgarcito nº 58 (1948), aunque consiguió revista propia en 1971. No es de extrañar, por tanto, que sus dos protagonistas hayan dado el salto al mundo audiovisual con una serie animada homónima (2002 – 2005) y películas, ya sean de dibujos o en live-action, como Las monstruosas aventuras de Zipi y Zape (2004), Zipi y Zape y el Club de la Canica (2013) o Zipi y Zape y la isla del capitán (2016).

Sin embargo, puede que algunos ignoren que, a principios de los años 80, vio la luz una versión live-action titulada Las aventuras de Zipi y Zape, que es, precisamente, la película que analiza este artículo, como puede comprobarse si se continua leyendo hasta el final.

Resulta que, como ya dijimos en su momento, en 1981, un dúo musical formado por los hermanos Francisco Javier y Luis María Valtuille, que se dieron a conocer como Zipi y Zape, aprovechando la fama de los traviesos gemelos del tebeo. Sin embargo, la cosa no quedó ahí, ya que, al año siguiente, protagonizaron la película mencionada en el párrafo anterior, en la que no se desaprovechó la ocasión de mostrar la carátula del disco.

Enrique Guevara, Francisco Javier y Luis María Valtuille, Las aventuras de Zipi y Zape, Zipi y Zape

Bajo la dirección de Enrique Guevara, esta película, de 96 minutos de duración, además de estar protagonizada por Francisco Javier y Luis María Valtuille como Zipi y Zape, cuenta con Mary Santpere (en el papel de la tía Aniceta), Alfred Lucchetti (que encarna a Don Minervo) y Marta Angelat y Joan Monleón (que interpretan al matrimonio de Don Pantuflo y Doña Jaimita, respectivamente).

Junto a ellos destacan Berta Cabré, Carles Velat, Damiá Barbany y Enric Pous (que encarnan a una banda de delincuentes como la chica gánster, el Listo, el jefe y el Bruto, respectivamente), Mateo Fortuny (que hace de sí mismo), Marc de Semir (que se mete en la piel de Oliverio), Amparo Moreno (que se convierte en Tomasa) y Carles Lloret (que se transforma en Bautista).

No obstante, algunos de los actores fueron doblados por otros, entre los que podemos destacar a los de Zipi, Zape y Pantuflo, que fueron Julia Gallego, Gloria Roig y Joaquín Díaz, respectivamente.

Al regreso de las vacaciones de verano, Don Minervo presenta a la clase a un nuevo compañero, llamado Oliverio. Al convertirse en el blanco de las bromas del resto, por su condición de pijo, Zipi y Zape deciden convertirse en sus amigos y protectores, además de hacerle partícipe de sus travesuras, pero la cosa se complica cuando el niño es secuestrado por una banda de delincuentes.

La verdad es que hay que reconocer que los títulos de crédito de la película destacan de manera positiva, ya que los iniciales están formados por portadas de Zipi y Zape (algunas de las cuales serán reconocibles por aquellos que, como el redactor de este artículo, devoraron estos tebeos en su infancia, cambiando los diálogos de los bocadillos por los nombres de actores, directores, productores y demás, mientras que los finales se muestran sobre la imagen de que lucía la contraportada de los Colección Olé de Zipi y Zape de aquella época.

También es justo reconocer que los personajes originales de los tebeos están muy bien caracterizados (a pesar del bigote de Don Pantuflo que parece estar dibujado con rotulador), además de que también aparecen otros de los clásicos, como Sapientín o Peloto (aunque se echa de menos la presencia de ciertos secundarios como Don Ángel o el Manitas, que habrían dado mucho juego en este filme). Sin embargo, ahí acaban todas las cosas buenas que se pueden decir de la película.

Enrique Guevara, Francisco Javier y Luis María Valtuille, Las aventuras de Zipi y Zape, Zipi y Zape

Y es que, aunque hayamos reconocido que los personajes están bien caracterizados, la forma de expresarse y comportarse de algunos de ellos, como es el caso de los padres de Zipi y Zape, es tan calcada a la de los tebeos, sobre todo en el caso del lenguaje pomposo, que llega a resultar ridícula.

A eso tenemos que sumarle la costumbre de que los malos de las películas protagonizadas por grupos musicales infantiles suelan ser tontos de remate. Sin olvidar lo racista que resulta pintar la cara a una actriz blanca para convertirla en una criada negra o lo inverosímil que es ver a los coches volar, sin motivo aparente, o que objetos y personas puedan aparecer y desvanecerse como por arte de magia, algo que ni siquiera hemos llegado a ver en ningún cómic de Zipi y Zape.

Por si esto no fuera suficiente, la película también se encarga de parodiar personajes ajenos a este tipo de tebeos, como Sherlock Holmes, Hulk o Los Ángeles de Charlie. En los dos últimos casos, probablemente, eran la series que estaban triunfando en la televisión en aquella época.

Cualquier película protagonizada por artistas musicales infantiles debe contar con canciones interpretadas por ellos. Este filme no se queda atrás en ese aspecto, ya que, a lo largo del filme, escuchamos temas como Las aventuras de Zipi y Zape, Papá, ¿dónde está el amor?, Vuelta al cole, La cometa y Volverte a ver.

Precisamente, por el hecho de ser una película tan mala, casi adquiere la categoría de objeto de culto. En resumen, Las aventuras de Zipi y Zape solo es recomendable para niños que sean muy fanes de los personajes, para nostálgicos empedernidos y para todo aquel que quiera reírse a costa de la película.

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CRÍTICA

Nota genérica

RESUMEN

Poco exitosa primera incursión de Zipi y Zape en el live-action.

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