Volvemos a esta peculiar Tierra Media para ver lo que la serie El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder, de Prime Video, nos ofrece en su quinto capítulo. Por supuesto, con spoilers de estos cinco episodios.
Los anillos de Poder: los planes de Annatar parecen imparables
Palacios de Piedra se titula este quinto episodio, y eso es obviamente porque volvemos a una de las tramas más interesantes y uno de los escenarios más conseguidos (y queridos por los fans): los enanos y Khazad-Dûm.
Los guionistas nos muestran a esta raza, sobre todo a nuestro querido Príncipe Durin, como el altavoz de todo lo malo que está ocurriendo en la Tierra Media, tal vez por su conexión íntima con la piedra (las “cantoras” de la montaña es un concepto que no es canon en absoluto pero es un añadido que respeta el espíritu de la obra y, además, está muy bien escrito).
Por eso vemos que (acelerando las tramas) el primer día que Durin III se convierte en uno de los Portadores del Anillos, el monarca adquiere grandes virtudes que le harán salvar a su pueblo y a su Palacio bajo la montaña. Pero, por supuesto, todo tiene un precio, y estos beneficios otorgados por el anillo requieren un costo tanto material (oro) como personal.
El poder de los anillos de los enanos se contrapone (de forma tan clara que llega a ser casi burda) con el poder de los anillos de los elfos, cuando vemos que Gil-Galad tiene una visión catastrófica.
Pero los planes de Annatar/Sauron siguen adelante, aunque vemos que Celebrimbor no está tan sujeto como Annatar querría. Nos muestran cómo el artista elfo y el enano fabricante e puertas, Narvi; han acercado posturas y han realizado un proyecto a espaldas del Señor de los dones: las Puertas de Durin, “el nuevo acceso del Oeste” (con ese guiño a la palabra “Amigo”, nada sutil pero muy agradable de ver).
Si esto no le ha gustado mucho a Annatar, es sobre todo porque ve como Celebrimbor está “perdiendo” el tiempo en otros proyectos que no son el que él le ha propuesto: fabricar los 9 anillos para los hombres. De los que hacen una prueba (de invisibilidad) con un nuevo diseño de anillo… Puede que Sauron esté probando nuevas propiedades a los Anillos, lo que más tarde incluirá en el Anillo Único.
Y es que, sin duda, una de las tramas más interesantes es cómo Annatar conseguirá sus propósitos. Y gran parte del mérito recae en el actor, Charlie Vickens, y en el guion que le han regalado: su forma de manipular a todos, de aprovechar los acontecimientos que, en principio, parecen ser obstáculos y, su actuación sutil, es muy creíble y hace que nosotros (los espectadores) nos creamos que ha manipulado a todos los elfos (Galadriel, Celebrimbor, etc.). Recordemos que, tal y como terminó la temporada pasada, creíamos imposible que Celebrimbor aceptara cualquier palabra de Hallbrand… y sin embargo sus palabras (susurradas) unido al orgullo profesional de Celebrimbor, han hecho que el elfo caiga en sus redes y nosotros nos lo creamos.
Es más, Annatar convence a Celebrimbor de que gran parte de los males son por su culpa, ya que por ejemplo fue él quien realizó la mezcla en la aleación con engaños y, lo hizo, a escondidas del Alto Rey Elfo.
Charles Edwards como Celebrimbor no tiene tanta suerte con sus líneas como Vickers, pero consigue hacernos creíble su descenso a los infiernos. Porque, no lo dudemos, esta relación terminará en tragedia.
Pero Annatar no solo le susurra maliciosamente a Celebrimbor. Poco a poco se está ganando la confianza de todos los elfos de Eregion. Dándose ya a conocer que los 7 anillos de los señores enanos están “defectuosos” (al contrario, parece, que los 3 de los elfos) ¿quién sabe? Tal vez los 9 anillos de los hombres puedan arreglar este error.
El (fatal) poder de los Anillos
Defectuosos. Como decíamos al principio, utilizar los anillos tiene su coste (como toda la magia en las buenas historias). El Rey Durin parece que padece la “enfermedad del dragón” (la acumulación insaciable de oro y tesoros). Como resultado, Durin manda cavar cada vez más y más y… si habéis leído El Señor de los Anillos o habéis visto las películas de Peter Jackson, ya sabéis lo que esta “fiebre desatada” despertará ☹. (Aunque parece que en esta versión, también ha tenido algo que ver Disa).
Como decía al principio (de nuevo), parece que el príncipe Durin y su adorable esposa Disa son los únicos que ven el problema. Pero no se nos escapa que Durin es, como Celebrimbor, parte del problema, ya que fue él quien apoyó la idea de trabajar con los elfos y, no lo olvidemos, quien hizo que el Mithril saliera fuera de Khazad-Dûm. De nuevo, Sauron hace culpables a los que se podrían enfrentar a él, haciendo que carezcan de toda credibilidad entre los suyos.
¿El problema? Doble. Por un lado tiene que convencer a su pueblo que aquello que él defendió en su día no solo no es provechoso sino que es incluso perjudicial. Y, por otro, debe enfrentarse a un grupo de “estómagos agradecidos”, de prósperos enanos que no escucharán cualquier advertencia negativa.
En cuanto a Númenor, por ahora no hemos tenido tiempo suficiente para esta trama (escucho voces que habrían apoyado una serie exclusivamente para el Akallabêth o Caída de Númenor, pero ya es tarde para eso). Al menos nos han dejado claros un par de conceptos: Elendil es posiblemente el único fiel a la Reina Míriel; y Kemen es un absoluto imbécil… y como todos los imbéciles que llegan al poder, es temible. Sobre todo por el afán que tiene de ser digno ante los ojos de su padre. Claro que Valandil, para ser un guerrero, es demasiado imprudente dándole la espalda a un enemigo que, aunque sea un inepto, puede manejar una espada.
Conclusión
La serie El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder avanza con buen tino. Parece que los guiones van mejorando (levemente, pero algo es algo) y da la sensación de que todo está bien encaminado a donde los guionistas (o Sauron) pretenden llegar.
Obviamente, esperamos ver más de Númenor en los próximos episodios. Deben solucionar la trama de Elendil y mostrarnos la ascensión al poder de Pharazon. Veremos la guerra que llegará a Eregion. Y cómo Celebrimbor saldrá del hechizo de Sauron (aunque tarde, claro).
Mi problema con esta serie es (repito) los guiones. Y eso tal vez se habría podido mejorar con una duración mayor de las temporadas. Si bien es cierto que la producción sigue siendo (en general) maravillosa y hermosa, lo mejor de Tolkien es poder pasar más tiempo en la Tierra Media, por eso podría haber estado bien poder tomarnos un tiempo para contemplar ciertos aspectos y ambientes… siempre que la historia acompañara, claro.
