Reseña de Batman: La saga cinematográfica

Dennis O’Neil es el máximo responsable de llevar toda la mitología de la saga cinematográfica del Batman de finales del siglo XX al cómic en un tomo ahora publicado por ECC Ediciones

La adaptación de la pantalla a la viñeta no suele ser una tarea demasiado agradecida, ya que en la gran mayoría de ocasiones da lugar a obras olvidables. Si bien el camino inverso en los últimos años ha dado grandes alegrías al mundo del entretenimiento, los cómics basados en películas suelen ser utilizados exclusivamente para explotar franquicias. Pero hay ocasiones en las que estas obras están en vueltas en una atmósfera de leyenda, y eso ocurre en parte con el tomo que acaba de publicar ECC Ediciones bajo el título de Batman: La saga cinematográfica.

Tim Burton crea Gotham City

En 1989, poco más de una década después de que Christopher Reeve demostrara que una película de superhéroes podía ser un proyecto realizable y exitoso, llegaba el estreno de la película dirigida por Tim Burton que desató en todo el mundo la batmanía. Independientemente de la calidad de esta, no hay duda de que fue un éxito brutal que le otorgó al personaje no solo un prestigio que le dura hasta el día de hoy, sino también una etiqueta de “máquina de hacer dinero” que ha supuesto su explotación en todos los ámbitos sin descanso desde aquel año.

Un director en alza, una estrella consagrada como principal villano, una atractiva joven en el estigmatizado rol de dama en apuros y un controvertido protagonista fueron los responsables de este evento, y para el cómic de la película había que buscar a autores igual de respetados en su medio. Jerry Ordway y Dennis O’Neil fueron los elegidos para trasladar la historia de Michael Keaton, Jack Nicholson y Kim Basinger a su medio original.

Se trata de una traslación casi literal, trabajando sobre los guiones iniciales de la película, lo que nos da la oportunidad de ver pequeños cambios con respecto a lo visto finalmente en el film. El trabajo de O’Neil es casi automático, pero destaca la labor de un Ordway que roza el foto realismo y que caracteriza muy bien a todos los personajes llegando al punto de retratar a la perfección a Keaton incluso cuando lleva la máscara puesta.

Con la segunda entrega es Steve Erwin (entintado en esta ocasión por el mítico José Luis García López) quien haciendo un trabajo menos fiel estéticamente a lo visto en Batman Returns logra un resultado mucho más interesante, muy atractivo visualmente. O’Neil en esta ocasión hace una labor menos funcional y trata de darle al cómic una entidad propia, y eso se agradece.

Joel Schumacher transforma Gotham City

Val Kilmer se imponía como el nuevo Batman en la tercera entrega de la saga, esta vez con Joel Schumacher como nuevo director. El tono que le imprimió a sus películas no fue tan rompedor como el de Burton, pero sin duda fue interesante y supuso una forma de llevar al personaje por otro camino. Lamentablemente, sus dos películas no serán recordadas como grandes obras del séptimo arte…

A pesar de eso aquí podremos disfrutar de unos villanos que parecen funcionar mejor en las viñetas que en imagen real, tal vez debido al carácter excesivamente caricaturesco con el que fueron creados: Dos Caras, Enigma, Míster Frio y Hiedra Venenosa. No ocurre esto sin embargo con los nuevos héroes, Robín y Batgirl, de los cuales tenemos aquí una de las peores versiones que se han hecho nunca. Este punto negativo es tan solo superado por el increíblemente abrupto y anticlimático final de la primera parte de este díptico, que parece haber sido resuelto sin ganas ni tiempo.

En cuanto al apartado gráfico, Michal Dutkiewicz fue el encargado de llevar Batman Forever al cómic, y aquí estaríamos hablando del trabajo más flojo a nivel gráfico de estos trabajos hasta el momento. Sin embargo, cuando George Clooney se pone la capa y la capucha (y la armadura con pezones) para la cuarta entrega y Rodolfo Damaggio se encarga del apartado artístico, este vuelve a ser un nuevo bajón, sobre todo debido al color de Pat Garrahy, lleno de horribles degradados.

En resumidas cuentas, con este tomo tenemos una historia que será apreciada por los seguidores más acérrimos del personaje y de toda su mitología, especialmente por los que disfrutaron de esa tetralogía de películas de finales del siglo XX. Como pieza de coleccionismo es remarcable, y el primer episodio respira incluso un cierto tono de leyenda que lo hace aún más valioso, pero más allá de esto que nadie se espere encontrar en este tomo una joya del noveno arte…