Pues hemos llegado al final de este viaje. Al menos a la segunda etapa. Vamos a ver qué nos ha ofrecido este octavo episodio de El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder, tendremos las conclusiones de toda esta temporada y utilizaremos el Palantir para vislumbrar lo que nos traerá la tercera temporada.
El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder: El camino sigue y sigue
Cerramos el episodio anterior de Los Anillos de Poder con muy malas noticias para el bando de la Luz: en Khazad-dûm el rey Durin está enajenado (por culpa del Anillo); Adar está sitiando a Eregion con total éxito; el ejército de los elfos está perdiendo… Mientras, Annatar/Sauron mira todo esto sonriendo maliciosamente.
¡Pero estamos en la Tierra Media! Y (¡oh, spoiler!) a poco que conozcamos lo que ha pasado (gracias a los libros de Tolkien o a la trilogía de Peter Jackson), sabemos que, finalmente, Sauron será vencido… Aunque eso será en la quinta temporada (presumiblemente), veamos si todos sus planes están funcionando bien o el Lado del Bien tiene alguna oportunidad.
Khazad-dûm: Padre, Hijo… y el Maiar maligno y temible
Vuelvo a comentar lo mucho que me gusta cómo han reflejado la relación entre padre e hijo. El príncipe Durin reconoce que el amor que siente por su padre es inmensamente mayor que su obligación como príncipe. El guion nos cuenta estos hechos de una forma magistral y la interpretación es digna de estudio. Me ha llegado al corazón. Y es que esta serie hace cosas muy mal, pero las cosas que hace bien, las hace muy muy bien.
Nada parece hacer entender al Rey Durin que el anillo lo ha enloquecido, ni siquiera las tiernas palabras de su hijo sobre su infancia… Pero por suerte Durin III recupera su cordura cuando un gran peligro acecha a su Reino y, sobre todo, a su hijo. Llega el Balrog y Durin III se enfrenta a él en un momento épico, cuya intensidad emocional está aumentada gracias al buen uso de la música.
No voy a entrar en la “patada” que se le da a los escritos de Tolkien, ni siquiera qué o quién es el Balrog. Mi compañero Jesús lo ha explicado perfectamente aquí. Pero lo que es cierto es que, visualmente, es increíble cómo han plasmado al Balrog. Magnífico.
El lejano Oeste
Tras este momento heroico, la serie nos da un respiro yendo a la trama más “sosegada” de la serie: la del Extraño (…) y los Pelosos (aunque ahora estén separados, por el momento). El Extraño (…) encuentra la aldea vacía, aunque le recibe el Mago Oscuro.
Éste afirma conocer al Extraño hace tiempo, incluso sugiere que eran amigos (y pertenecientes a un grupo de cinco magos) y que, de hecho, fue sugerencia del Extraño que el Mago Oscuro fuera al Sur para hacer frente a Sauron
Gandalf duda, porque todo lo que le dice es creíble y razonable. Pero, claro, es un recurso muy torpe del guion porque el espectador ya sabe que este Mago Oscuro (apodo que no le gusta, por cierto) es un villano, como nos han demostrado en episodios anteriores. El caso es que El Extraño reconoce a éste como su enemigo con la ayuda de la intervención de Nori y Poppy, rehenes de los jinetes.
Y es que uno de estos jinetes afirma que “mi pueblo una vez fueron Reyes”… ¿Serán los 9 que portarán los anillos de los hombres?
El caso es que el Mago Oscuro y El Extraño se enfrentan y aunque éste parece vencer, hay bastantes daños colaterales y la aldea queda totalmente destruida, por lo que los proto-hobbits deben irse de allí y buscar un nuevo asentamiento (en el futuro supongo que veremos La Tierra Prometida… La Comarca).
Tras el derrumbamiento de la aldea vemos las estrellas que buscaba el Extraño (¿su destino?) y, en ellas… ¿una cara?
La indecisión de los númenóreanos
¿Y Númenor? Recordemos que no vimos nada de La Isla de la Estrella en el episodio anterior. Tras la prueba divina que Míriel atravesó de forma exitosa al no ser devorada por a criatura marítima, el voluble pueblo númenóreano (otro de los fallos del guion) la acepta de nuevo como Reina. Por suerte, Pharazôn es algo inteligente y se inventa una mentira para (de nuevo) convencer al pueblo de que Míriel no es la Reina que merecen… Y comienza el reinado de Terror de Pharazôn (no será el único guiño al fascismo).
Lo único bueno de este “juego de poder” tan torpe (argumentalmente parece que está escrito por guionistas novatos), es que Eärien parece darse cuenta de su error (también de una forma torpe y muy tardía) y advierte a su padre Elendil para que huya de la ciudad. Él intenta salvar también a Míriel (otro de los cambios que no sirven para nada, la relación sentimental entre ellos). Míriel, muy digna, prefiere “hundirse con el barco” (veremos) pero, eso sí, le hace un gran regalo a Elendil: la espada Narsil (“La llama blanca”)… Una espada que dará mucho de que hablar en La Tierra Media en los próximo siglos.
Volamos a Pelargir para reencontrarnos con los hombres. Isildur y Theo, sobre todo. El primero sigue sin ser objeto de un buen guion y ni él ni los guionistas ni, por supuesto, los espectadores, sabemos hacia dónde se dirige este personaje, por ahora insulso y totalmente prescindible (de nuevo, sabemos que en el futuro será muy importante pero por ahora….). Mención aparte merece su relación (frustrada) con Estrid… en fin.
Theo, en cambio, parece que tiene algo más de atención de parte de los guionistas y si al principio también era un personaje mucho más que secundario, con una clara inclinación hacia el mal (sobre todo por la tragedia de su madre), parece que la buena influencia de Arondir y, en menor medida, de Isildur (¡ah, mira, sí que sirve para algo este personaje!) está decantándose hacia el Bien… aunque veremos si esto sigue así. Theo es un personaje tan pobremente escrito que podría tomar cualquier camino.
Pero “el nuevo Númenor” llega a Pelargir y, aunque todos se alegran en principio, pronto se dan cuenta de que Kemen (¿alguien duda de que este personaje morirá pronto?) trae nuevas ideas, nada esperanzadoras, por cierto: con esa gran soberbia que da la ignorancia y el ascenso (inmediato e inmerecido) al poder, Kemen deja ver claramente que hay “Hombres de bajo nivel” y que él será el gobernador. Transforma Pelargir de una colonia a un puesto militar (con todo lo que económicamente implica).
De elfos y orcos
Vayamos por fin a Eregion. Los muros están cayendo, los edificios están en ruinas, los orcos corren a sus anchas… Galadriel encabeza un pequeño grupo de ¿civiles? Por un túnel ¿secreto? Pero son apresados por el enemigo y la elfa decide negociar con su vida (y los 9 anillos que lleva escondidos) para salvar al resto del grupo.
Pero como decía más arriba, esta serie también tiene cosas buenas, y una de ellas es la creación de Adar, un personaje totalmente inexistente en el tan traído canon, pero que además de no desentonar con los libros de Tolkien, es un personaje muy bien escrito, desde el principio.
Galadriel, de nuevo, va un paso por detrás de Adar (culpa de los guionistas, claro): se ofrece a aceptar la alianza. Con Nenya en su poder, el Anillo de Galadriel, Adar ha recuperado su aspecto élfico. Sin embargo (y muy loablemente) decide permanecer fiel al Padre de los Uruk en que se ha convertido. Adar le devuelve su anillo a Galadriel y acepta el trato.
Por desgracia, aparecen un pequeño grupo de orcos y, como en los Idus de marzo, y reflejando lo ocurrido en el primer episodio de esta temporada, es traicionado por “sus hijos”, ante la impávida mirada de Galadriel (que, recordemos, es una de las mejores guerreras élficas, nos ha demostrado que puede batirse y vencer a un grupo de orcos como estos y, además, ahora posee el Anillo de Poder… cosas que se les deben haber olvidado a los guionistas).
Otro de los ejemplos del buen trabajo (actoral y argumental) de Los Anillos de Poder, es la trama de Sauron y Celebrimbor, casi un thriller psicológico. Éste, ya completamente consciente de su grave error (como vimos en el episodio anterior) no tiene más remedio que aceptar su pronta muerte. Sauron, tan magnánimo él, le utiliza como diana de sus flechas en una gran escena. A pesar de las amenazas, Celebrimbor no cede e incluso hace llorar a Sauron (personalmente creo que es porque el orfebre elfo le ha hecho darse cuenta de que el Gran Sauron no deja de ser otro prisionero, en su caso, de los Anillos de Poder).
Fuera, los orcos están quemando libros (antes César, ahora Hitler). Elrond sufre por la pérdida de todo este conocimiento aunque el dolor se mitiga un poco cuando ve llegar al ejército de los enanos… aunque sin Durin a la cabeza porque, como le comunican, está de luto.
Sauron vs Galadriel ¡fight!
Efectivamente, tras la muerte de Adar, llega Sauron y Galdriel (ahora sí) decide pelear. De nuevo, los guionistas muestran su predilección por Annatar y le dan los mejores movimientos y coreografías en esta pelea. La forma en la que utiliza la corona para atacar y defenderse de Galadriel es impresionante. Además, intenta confundir a su enemiga cambiando de apariencia (la propia Galadriel, Celebrimbor, Hallbrand) y parece que lo consigue porque logra herirla, e incluso Sauron consigue los Nueve Anillos. Ella decide tirarse por un acantilado (para proteger su Anillo Nenya) en una dudosa esperanza de sobrevivir… ya que si no lo hiciera todos suponemos que Sauron enviará a sus orcos para encontrar el cadáver ¿verdad?
Pero sí, milagrosamente sobrevive y, además, es encontrada por la tríada de elfos protagonistas: Elrond, Arondir y Gil-Galad. Elrond reconoce (después de dos temporadas) que los Anillos de Poder tal vez sí sean provechosos… y se pone el de Galadriel para curarla (como “curó” a Adar).
Primer final
Em lo que parece el final del episodio (y de la temporada), vemos un resumen de todas las tramas mientras escuchamos a las filosóficas palabras de Poppy sobre la pérdida: vemos la devastación del lado del bien, con una fotografía que enfatiza esta sensación de derrota eligiendo unos tocos ocres mientras que, curiosamente, cuando vemos al claro vencedor Sauron, la imagen es brillante y luminosa.
Segundo final
¡Pero no! Esto no es el final. El Extraño y los hobbits se separan. El Grande elfo (momento Hodor muy burdo, por cierto) ha encontrado su vara y vuelve a casa de Tom Bombadil. Volvemos a tener un gran momento tolkienniano con la canción de Tom (Merry dol derry dol) con algunos versos remontados de sus canciones de El Hobbit. Un guiño muy de agradecer.
Mientras, en Khazad-dûm intentan sobreponerse a la pérdida de Durin III pero, además, tienen otros problemas: por un parte los señores enanos de la Montañas azules quieren que se les devuelva el (enorme) tributo que pagaron (a cambio de los Anillos) y, por otra, el trono peligra para el Príncipe, ya que su hermano mayor rivaliza con él por el título (sí, un hermano del que no sabíamos nada hasta ahora).
En cuanto a los elfos, Galadriel ya se está recuperando y los elfos (en una pose preciosa pero fuera de lugar) deben decidir si atacar a Sauron, que se está fortaleciendo, o quedarse y preparar las defensas (escudo o espada).
Conclusiones y lo que han dejado abierto
Teniendo muy claro que los guionistas han demostrado ya muchas veces que no piensan seguir los acontecimientos escrito por Tolkien, nos aventuraremos en prever lo que nos vamos a encontrar en próximas temporadas:
Casi todos los personajes se han quedado en posiciones transitorias, esperando acontecimientos que les dirijan (que les obliguen) a tomar una decisión u otra.
- Elfos: en principio deberían elegir el Escudo (para más tarde cambiar a Espada). “Cuentan las leyendas” que tras la derrota de Eregion, Elrond decidió crear un refugio para los elfos que se llamaría Rivendel (os suena, ¿verdad?)
- Enanos: pues me tienen despistado. No sabemos nada del hermano de Durin IV (por cierto, si llega a ser el IV Durin es que su hermano no conseguirá arrebatarle el trono ¿no?), pero lo que más me chirría es que el Balrog no debería haber aparecido hasta mucho tiempo después… como se nos cuenta en El Señor de los Anillos 😊
- Gandalf: Pues algo similar me ocurre, no podría acertar a saber qué van a hacer con él porque ¡pueden inventarse cualquier cosa! Si le han hecho aparecer donde (y cuando) no estaba, puede evolucionar en cualquier sentido. Veremos qué han decidido para el Grande Elfo (ya les vale el nombrecito)
- El Mago Oscuro: Relacionado con Gandalf… ¿quién sera finalmente este Mago Oscuro? Todo apunta a que sería Saruman, pero sería un error argumental (de nuevo). ¿Y quiénes serían los otros tres magos del grupo? Estos, obviamente, podrían aparecen en las siguientes temporadas. Y, si lo hacen, podrían abrir nuevas e interesantes historias.
- Hombres de Gondor: la primera orden de Kemen es un pedido periódico de madera para construir una gran armada naval, ya que “solo son árboles” ¿Tendrá esta decisión repercusiones por parte de los/las ents? Además ¿para qué quieren construir una enorme flota de barcos? De nuevo, si volvemos a los libros de Tolkien, sabemos la causa pero durante estas dos temporadas no nos han mostrado nada que nos indique el por qué de este nuevo objetivo… Debemos suponer que es otro asunto que se les ha olvidado aclarar a los guionistas.
En mi opinión, esta segunda temporada ha mejorado bastante con respecto a la primera, pero aun presenta muchos problemas difíciles de obviar o de “perdonar”. Es cierto que visualmente poco hay que criticar a Los Anillos de Poder. El diseño de producción es altamente notable.
Los problemas vienen de la propia concepción de la serie en sí. No es solo porque hayan efectuado cambios en la historia que conocemos que son absurdos y fácilmente evitables. Es que parece que no saben qué hacer con muchos personajes y con muchas de las tramas.
Durante los recaps de la primera temporada me quejé amargamente de lo aburrida y pesada que era la trama de los Pelosos (los hobbits son mi raza preferida de la Tierra Media). En esta segunda temporada han recortado bastante sus “aventuras” tal vez porque se dieron cuenta de lo deficitaria que era esta línea argumental.
Los “homenajes” a la trilogía de Peter Jackson han llegado a ser casi excesivos: Los jinetes enmascarados nos recuerdan demasiado a los Jinetes Negros; Nori y Poppy siguen desempeñando papeles muy parecidos a los de Frodo y Sam; el mago oscuro encaja perfectamente en el papel de Saruman (y probablemente lo sea)… Burdos y torpes intentos de hacer un guiño a los espectadores, frente a otros intentos mucho más sutiles y mejor elaborados. No entiendo esta dualidad.
El mayor problema al que se enfrenta El Señor de los Anillos: Los Anillos de Poder es el que debe afrontar toda precuela: como ya he apuntado antes, conocemos lo que va a suceder a los personajes principales. Por eso lo importante aquí no es si Sauron vencerá o no, sino cómo llegaremos al final conocido y si el camino estará bien trazado.
Por suerte, igual que la segunda temporada ha mejorado en cuanto a la primera, podemos esperar que estos errores puedan solucionarse en una tercera temporada. Esa es mi esperanza, que siga mejorando progresivamente. Mientras, disfrutaremos del camino.