Último día en el Festival de Sitges, diez días llenos de cine que han culminado con Diplodocus de Wojtek Wawszczyk y Sauvages de Claude Barras
Llegó el ultimo día del Festival de Sitges y se han cerrado varios círculos, por una parte la primera película que se vio en el festival fue un claymotion y la última también lo ha sido, tras 30 películas, pero además se ha asistido a la charla sobre extremismo francés con algunos directores que dieron inicio al movimiento. Una de las cosas que más emoción me hacían ya que mi TFG fue sobre este movimiento, su origen, relevancia y desarrollo y tener a los directores delante ha sido una bonito.
Hoy el día también era más tranquilo, ya que solamente teníamos doblete de películas de animación, la primera era en el Auditori y era Diplodocus de Wojtek Wawszczyk, la primera película de animación polaca con efecto 3D, algo bastante raro, ya que mundialmente el 3D no se ha establecido tanto y en el Festival se ha visto en 2D normal, por lo que su gran atractivo no estaba presente. Diplodocus nos cuenta la historia de un pequeño dinosaurio que consigue viajar entre las distintas viñetas y comics de su creador, llevándolo a un bonito viaje que irá mezclando distintos efectos de animación y fusionándose con la imagen real en algunas escenas.
La apuesta es interesante y también hay que tener en cuenta que es la adaptación de un cómic, por lo que estamos en el terreno de lo meta referencial que acaba siendo muy divertido en una película que está destinada a un público más joven. Diplodocus tiene una comparación muy evidente y a riesgos de spoilear el gran giro, obviamente me estoy refiriendo a La Lego Película, donde la realidad acaba jugando un papel crucial en la historia de sus personajes.
En este caso la vida de Diplodocus se ve alterada desde su origen, cuando su creador decide borrar las páginas en las que el pequeño dinosaurio aparece y provoca la desaparición de sus padres. La película polaca puede que no sea el gran hito en la animación mundial, pero su historia es muy divertida y los personajes seguro que sacan alguna sonrisa tanto a los peques como a los mayores y su tramo final sobre el poder de creación y la alteración de las obras es muy divertido de ver.
La última película del Festival tocaba en el Prado, Sauvages, la nueva película de claymotion de Claude Barras, autor de La Vida de Calabacín. En esta ocasión nos presenta una historia sobre el Amazonas y su deforestación, una idea que se ha ido olvidando a lo largo de los años y que es muy necesario volver a contar. La historia está enfocada en tres personajes, la protagonista, su primo y un mono que se queda huérfano por culpa de la deforestación al inicio de la película y debido a ciertas circunstancias los personajes deberán de viajar y convivir en la selva hasta reencontrarse a si mismos.
Sin duda alguna, la gran sorpresa de animación y de mis favoritas en el Festival, el claymotion es super bonito y nos transporta a esa selva llena de colores a partir de la arcilla y las figuras, por lo que es un logro increíble que cuesta de creer hasta que no llevas un tramo de película. El mensaje también está bien ejecutado, puede que sea simple, pero hay que entender que al final está pensada para niños. Por lo que Sauvages es una de las recomendaciones más especiales del Festival y es una pena que no haya conseguido el premio del Festival en la categoría de animación.
El paso por el Festival de Sitges finalizó con una charla entre Alexandre Aja, Fabrice Du Welz, Alexandre Bustillo y Julien Maury sobre el extremismo francés, el origen del movimiento, su desarrollo y su influencia en el cine actual. Una charla muy interesante y que ha sido la mejor forma de poner punto y final a este Festival por la importancia que ha tenido este movimiento en mis estudios y así he acabado cerrando un círculo que no esperaba cerrar en mi primer Sitges. Un Festival de Sitges que me ha dejado con ganas de más y de vivir más experiencias como las maratones, por lo que, sin duda alguna, hay ganas de volver el año que viene.