Red Band: ¿buena idea o puro negocio?
Como ya comentamos en su momento, cuando la editorial Vértice se encargó de publicar en España las colecciones de Marvel, una de las peculiaridades que podía leerse en las portadas era que se trataba de historias gráficas para adultos. No obstante, solo se trataba de una estratagema para que la Comisión de Información y Publicaciones Infantiles y Juveniles no impidiera la salida a la luz de dichos cómics con la excusa de que no eran adecuados para el consumo infantil.
Afortunadamente, el paso del tiempo logró que la censura fuese más reducida cada vez, aunque, en nuestro país, Planeta DeAgostini también se encargó de advertir en sus portadas, durante un tiempo, que los cómics de Marvel estaban destinados a un publico juvenil. Ya en el año 2001, con una censura ya casi inexistente, la editorial tuvo la idea de sacar a la luz la línea MAX, en la que se especificaba que todos los tebeos que se publicaran bajo dicho sello estarían destinados a un publico adulto, por lo que el lenguaje soez y los desnudos humanos podían mostrarse sin problemas.
No obstante, este mismo año, Marvel acaba de sacar a la luz una nueva forma de acercar contenido adulto a los lectores veteranos, pero permitiendo, a la vez, poder disfrutar de una versión más suavizada. Esta nueva iniciativa es conocida como Red Band.
Obviamente, una de las mejores cabeceras para probar esta nueva propuesta editorial es Blood Hunt (aquí traducido como Caza sangrienta), por Jed MacKay y Pepe Larraz, miniserie de cinco números en la que la plana mayor de los superhéroes de Marvel tienen que hacer frente a incontables hordas de vampiros, cuya mayor ventaja es que la sociedad se encuentra sumida en una oscuridad permanente.
Como toda saga de La Casa de las Ideas que se precie de serlo, Blood Hunt cuenta con diversos spin-off, repartidos tanto entre las colecciones propias de los personajes más importantes de la editorial como en tomos recopilatorios, pero todos los conocimientos indispensables para que no te pierdas nada de la historia principal se encuentran en la miniserie troncal, que es la única que cuenta con la opción de Red Band.
Tal y como se puede observar en la imagen que hay sobre este párrafo, la portada de la versión Red Band se distingue claramente por tener el título de la cabecera rodeado por una cortina de sangre que va cayendo sobre la imagen principal, mientras que, en el interior del cómic, te advierten de que se trata de contenido explícito solo recomendado para lectores adultos.
La pregunta que se nos plante aquí es hasta que punto es útil sacar dos cabeceras contando la misma historia, con la salvedad de que una de ellas resulta más sangrienta que la otra, sobre todo si tenemos en cuenta que la única diferencia que necesitarían sería que las escenas más truculentas sucedieran fuera de plano.
No obstante, Marvel no deja de ser un negocio, por lo que, desde la propia editorial, te recomiendan que te hagas tanto con la versión Red Band como con la otra, para que puedas hacer comparaciones entre las dos, aunque, personalmente, a falta de un número para que la colección termine de publicarse en nuestro país, puedo dejar constancia de que la versión Red Band no me parece tan sanguinaria como nos quieren hacer creer, aunque también es cierto que no me he tomado la molestia de comprarme las dos para comparar.
Sin embargo, si solo se tratase de un proyecto específico, para una cabecera concreta, puede que la idea pasase más desapercibida. El problema es que, al menos hasta el momento, Marvel ya ha sacado a la luz tres colecciones más bajo el sello de Red Band, con lo que cabe la posibilidad de que también cuenten con su versión suavizada, protagonizadas por personajes como el Hombre Lobo, cuya primera portada reproducimos bajo este párrafo, Lobezno o Blade, que sin duda encajan de maravilla dentro de Red Band. Aún es pronto para asegurar si solo serán miniseries, con lo que, si hay dos versiones y alguien siente el impulso de hacerse con ambas, el desembolso será menor, o si también se extenderá a cabeceras de mayor duración.
Por tanto, para bien o para mal, el sello Red Band ha venido con intención de quedarse, así que ahora somos los lectores los que tenemos la última palabra, ya que, si Marvel se da cuenta de que alguna de las dos versiones no vende lo suficientes, es posible que la idea no prospere demasiado.
Es justo reconocer, no obstante, que la apuesta de Marvel por el sello Red Band no es algo que no hayamos visto antes en otros medios, como en el caso de la película Érase una vez Deadpool, que salió a la luz como una versión más familiar del largometraje Deadpool 2 (ambas en 2018).
