Villeneuve, con 15 años en ese entonces, sintió que la saga había tomado un rumbo equivocado. Junto a su mejor amigo, incluso planearon tomar un taxi a Los Ángeles para expresar su descontento a George Lucas en persona. “Aún hoy, los Ewoks. Se convirtió en una comedia para niños”, comenta con una mezcla de humor y resignación sobre ese episodio.
La cristalización de una fórmula
La franquicia, según Villeneuve, perdió su capacidad de sorpresa después de El Retorno del Jedi. Se volvió demasiado dogmática y predecible, como si siguiera una receta establecida. “No sueño con hacer una película de Star Wars porque siento que el código está muy codificado”, explica el director, quien prefiere buscar nuevas fronteras creativas donde pueda explorar y sorprender al público.
Una carrera marcada por el deseo de innovar y trascender
Villeneuve ha construido una carrera destacada en la industria del cine, definiéndose por su voluntad de innovar y su habilidad para transportar a los espectadores a mundos complejos y meticulosamente construidos. A diferencia de la ruta seguida por muchos directores en Hollywood, Villeneuve ha optado por proyectos que le permiten profundizar en temas filosóficos y existenciales, encontrando nuevas maneras de contar historias a través de lentes visuales y narrativas únicas.
Este enfoque se refleja claramente en películas como Arrival y Sicario, donde la atención al detalle y la profundidad emocional de los personajes complementan la grandeza visual de sus obras. Estos elementos son precisamente lo que ha llevado a muchos de sus seguidores a apreciar su trabajo más allá del género de la ciencia ficción, estableciéndolo como un cineasta que desafía los límites convencionales y explora nuevas fronteras del cine.