Repasamos los dioses más formidables que habitan los confines de la mitología de DC
En el vasto cosmos de DC Comics, el concepto de poder toma una dimensión casi inconcebible. Nos sumergimos en la esencia misma de la creación, donde entidades capaces de forjar y aniquilar universos se erigen como pilares de una mitología rica y aterradora. Aquí, incluso la Liga de la Justicia, con toda su bravura, enfrenta desafíos que desafían su propia naturaleza.
Los guardianes del universo y su lucha eterna
En un giro sorprendente de los eventos conocidos como la “Guerra de Darkseid”, Batman asumió el papel del Dios del Conocimiento. Sentado en la Silla Mobius, obtuvo una omnisciencia que transformó su lucha contra el crimen en algo más… divino. Mientras tanto, Superman, enarbolando el título de Dios de la Fuerza, mostraba un poder destructivo que palidecía solo ante los verdaderos dioses.
Nabu, más a menudo encerrado dentro del Casco del Destino, confiere a su portador, el Doctor Fate, poderes mágicos inmensurables, situándolo al nivel de seres como Arion y el Phantom Stranger. Este último, un ente directamente empoderado por la Presencia para ofrecer su ayuda a los necesitados, comparte un linaje de poder que define el tejido mismo del destino en el universo DC.
Dioses que no dependen de su fuerza física
No por su fuerza, sino por sus acciones, Krona es fundamental en la historia de DC. Su curiosidad por observar la creación del universo no solo desencadenó la existencia del Multiverso sino que también liberó la noción misma del mal. Sin él, la estructura de la realidad como la conocemos sería radicalmente diferente.
Antes de ser encerrado por el peligro que representaba, Volthoom poseía un dominio total sobre el espectro emocional, manipulando los poderes asociados a cada color del Cuerpo de Lanterns, incluyendo los temidos Black Lanterns. Su liberación fue tan catastrófica que llegó a resquebrajar la realidad misma.
El Mago, conocido como Shazam o Mamaragan, es un dios australiano con un control supremo sobre el rayo, convirtiéndose en la fuente de poder tanto para héroes como para villanos, incluyendo a Shazam y Black Adam. Su pertenencia a la Quintessencia subraya su posición como uno de los seres más potentes del universo DC.
Los verdaderos arquitectos del orden y el caos
Incluso Superman, en su apogeo durante el régimen de “Injustice”, encontró su match en Zeus. Descendiendo del Olimpo, Zeus demostró que incluso los titanes entre los héroes tienen límites, marcando un momento definitorio en la confrontación de poderes divinos.
Izaya, el Highfather, posee el Efecto Alfa, un poder que, en contraste con el Efecto Omega de Darkseid, puede resucitar y restaurar lo que su hermano busca destruir. Su habilidad para manipular estos proyectiles alfa subraya una faceta menos destructiva pero igualmente formidable del poder.
Perpetua, una diosa oscura con intenciones de utilizar el universo como caldo de cultivo para un ejército oscuro, y el Caballero Oscuro, un Batman que ha asimilado la locura y el poder casi ilimitado del Dr. Manhattan, destacan como recientes ascendidos a la divinidad cuyos actos desafían la propia creación.
Entidades omnipresentes
En un entorno donde seres como el Anti-Monitor buscan aniquilar realidades enteras y entidades como los Sin Fin personifican aspectos vitales de la existencia, la pregunta sobre el verdadero alcance del poder se vuelve retórica. Dentro de este panteón, la figura más suprema, la Presencia, dicta la existencia sin esfuerzo, subrayando un cosmos donde los héroes y dioses luchan, no solo por la supervivencia, sino por el derecho a entender su propio destino.
Con estas narrativas se teje una historia de poder, traición y redención que trasciende la típica lucha entre el bien y el mal, invitando a los lectores a explorar las profundidades de lo que realmente significa ser poderoso en el universo de DC Comics.