En una reciente entrevista, Robert Zemeckis ha confesado los motivos por los que el guion de Roger Rabbit 2 está condenado a permanecer en el olvido
Desde el mítico Hollywood hasta las oficinas cerradas de Disney, un guion de Quién engañó a Roger Rabbit 2 yace olvidado, quizás para siempre. Robert Zemeckis, el visionario detrás de la película original, reveló en su reciente aparición en el podcast Happy Sad Confused, los intrincados motivos por los cuales este proyecto cinematográfico jamás verá la luz del día.
Un guion atrapado en el pasado
En el corazón de esta historia está un guion escrito por los mismos guionistas del film original, Jeffrey Price y Peter S. Seaman. A pesar de ser descrito por Zemeckis como “realmente bueno”, el cine actual de Disney no daría luz verde a una película con personajes como Jessica Rabbit, cuyo tratamiento en el parque temático ya ha sido modificado para adaptarse a sensibilidades modernas.
El cambio más notable en la representación de Jessica Rabbit es su nueva indumentaria: un sobretodo y un sombrero fedora, sustituyendo su icónico vestido rojo. Esta alteración en el parque Disneyland refleja una dirección estética y ética considerablemente diferente a la de décadas pasadas, lo que complica aún más la producción de una secuela que respete su espíritu original.
Problemas más allá del vestuario
Además, la pérdida del actor Bob Hoskins, quien interpretó a Eddie Valiant, plantea un desafío emocional y técnico. Zemeckis mencionó que en el guion de la secuela, Eddie aparecería como un fantasma, una idea que, aunque intrigante, podría ser mal recibida en una era donde la resurrección digital de actores fallecidos ha generado polémica.
Un ícono que trasciende generaciones
Roger Rabbit no es solo un personaje, es un símbolo de una era donde la innovación y la colaboración entre gigantes de la animación rompieron barreras. Su primera aparición en Quién engañó a Roger Rabbit marcó un hito por la fusión de animación y acción real, técnica que desafiaba las normativas visuales de su tiempo y ponía en pantalla una interacción sin precedentes entre humanos y personajes animados. Este logro no solo es un testimonio de la habilidad técnica y creativa de ese período, sino también una muestra del poder de los personajes animados en la cultura pop.
La comparación de Roger con otros personajes icónicos como Mickey Mouse o Bugs Bunny revela su singularidad. A diferencia de estos personajes, cuya inocencia y astucia los definen, Roger Rabbit es un testimonio de la complejidad y la dualidad del mundo del espectáculo, mezclando comedia y tragedia en su narrativa. Su capacidad para conectar con adultos y niños por igual es lo que lo mantiene relevante en un mercado en constante cambio.
Mientras personajes como Mickey Mouse representan la alegría y la inocencia eterna, Roger Rabbit encarna las vicisitudes y contradicciones de la industria del entretenimiento. Su carácter a menudo atolondrado y su inquebrantable amor por Jessica añaden capas de profundidad emocional que resonaron en el público de los 80 y continúan cautivando a nuevas generaciones. Este enfoque más maduro y complejo de la animación permitió que la película original explorara temas de corrupción, redención y el poder del amor, elevando a Roger Rabbit a más que un mero personaje animado, convirtiéndolo en un icono de la resiliencia y el ingenio.
Una secuela que podría haber sido
Zemeckis esbozó que la trama de esta continuación se adentraría en la evolución del cine, pasando del noir a los vibrantes años 50. Este salto temporal prometía explorar nuevos horizontes estéticos y narrativos, siguiendo a Roger y Jessica Rabbit en nuevas aventuras.
Si bien la idea de revivir el encanto y la audacia de Quién engañó a Roger Rabbit en una nueva década es atractiva, los desafíos contemporáneos hacen que este guion, por ahora, permanezca en un cajón en Disney, probablemente destinado a ser un tesoro perdido en los archivos del cine.