La historia de las edades del cómic, con superhéroes o no, es un tema debatible, pero al canonizarse, los neófitos del noveno arte no saben cómo encuadrarlas, por ello se realizará un viaje temporal desde 1939 hasta hoy para solventar las dudas de aquellos que se inicien en el maravilloso mundo de los cómics
El noveno arte, es hoy en día un medio maduro y base para contar cualquier tipo de historia, tanto real como de ficción, pero su evolución ha marcado diferentes etapas o edades. De esta forma, la guía canónica de historia de las edades del cómic, con pequeñas divergencias entre algunos autores va de oro a moderna.
La historia de las edades del cómic se dividiría en cinco, que serían: oro (1939-1956), plata (1956-1970), bronce (1970-1984), oscura (1984-1998) y moderna (desde 1998), como reflejan autores de la talla de Vilches o Levitz.
Esta clasificación de la historia de las edades del cómic, como se ha referido anteriormente, no es aceptada por todos los estudiosos del tema, así para el final de la edad de bronce hay propuestas de cuatro fechas diferentes y, para otros, la edad oscura sería parte de la edad moderna.
Como primer antecedente del género de superhéroes, basado en una amalgama de mitos y leyendas, hay que citar a Superman de Jerry Siegel y Joe Shuster, que tuvo un éxito indiscutible desde su lanzamiento en 1938, o a Hugo Hércules, iniciando la llamada Golden Age o edad dorada del cómic.
Otro héroe -aunque sin super poderes-, Batman, que apareció por primera vez en el número 27 de Detective Comics en mayo de 1939, fue creado por Bob Kane y Bill Finger, quienes eran ávidos lectores de las novelas Pulp:
“Bob Kane y Bill Finger eran devotos lectores del pulp, por lo que su personaje se basará en otros ya existentes como la Sombra o The Phantom -más conocido en España como el Hombre Enmascarado-, y también en el Zorro de Johnston McCulley”. Vilches
Después de la Segunda Guerra Mundial, el género de superhéroes decayó salvo colecciones como las de Batman o Superman. Su hueco fue cubierto con colecciones de crímenes y de terror, historias de no más de doce páginas, publicadas por los editores en revistas con varias de ellas, basadas en hechos reales o con pretensiones realísticas.
La aparición del libro de Fredric Wertham, La seducción del inocente, en 1954 dio alas a los críticos contrarios al cómic, cerrando la época dorada del cómic porque la actitud de los editores contribuyó a que los exagerados escritos de Wertham consiguieran su objetivo.
En el Senado, las audiencias que se celebraron no consideraron probada la relación entre los cómics y la delincuencia, pero a los editores les hicieron la recomendación, por el bien del país y de su juventud, de que regularan los contenidos de sus publicaciones. A partir de este acontecimiento, surgiría la edad de plata del cómic.
Los propios editores aceptaron la autocensura, para velar por los jóvenes y se creó la Comics Code Authority para regular el medio, estando vigente hasta el s. XXI. Había una premisa básica en esta autocensura y es que el crimen no podría nunca vencer y los delincuentes siempre serían castigados.
Al prohibirse de facto la realidad los editores volvieron a retomar a los superhéroes, creando nuevos personajes y surgiendo nuevas editoriales como Marvel, con nuevas ideas y personajes como Spiderman, Los Cuatro Fantásticos y un universo propio relacionado entre las diferentes publicaciones.
El inicio de la edad de bronce en la historia de las edades del cómic comenzó en los años setenta del siglo veinte, suponiendo un cambio editorial producto de la evolución de los lectores de cómics, siendo muchos de ellos ya adultos y, por ello, un grupo de guionistas nuevos comenzó a crear historias más profundas, considerando los límites del género de la época bajo la supervisión de la Comics Code Authority.
Estos guionistas se atrevieron a abordar temas delicados, como la muerte, la enfermedad, el racismo, la corrupción política, la guerra de Vietnam y las drogas. La positiva recepción que tuvieron estas tramas llevó a que el organismo censurador flexibilizara sus normas y autorizara, a partir de ese momento, como afirma Vilches, la inclusión de drogas en los cómics, siempre que tuviera un propósito educativo.
En esta época Spiderman tuvo que combatir a los traficantes de drogas que asolaban los barrios de Nueva York, así como Green Arrow y Green Lantern a lo largo y ancho de los EE. UU. Nuevos personajes como Falcon o Pantera Negra, también comenzaron a despuntar en esta época.
La edad oscura, a mediados de la década de los ochenta del siglo pasado, se produce como consecuencia de todas las disputas políticas existentes en el final de la Guerra Fría entre los bloques, occidental y soviético, así como, a los diferentes valores contrapuestos dentro de las sociedades de ambos bloques.
Por último, a finales de los años noventa del siglo XX, el fin de la guerra fría y el comienzo de una nueva etapa en la historia de las edades del cómic antes del fin de milenio, supuso el inicio de la edad moderna.
“El superhéroe del siglo XXI responde tanto a los desafíos morales padecidos por la población occidental tras el 11 de septiembre como a las insuficiencias de dicha cultura para restañar las heridas y disipar los temores generados por una situación agravada de crisis múltiple” Ferré.
El surgimiento de esta era estuvo influida por los atentados del 11 de septiembre de 2001, hecho que Marvel reflejó sin titubear a través de uno de sus personajes más icónicos: Spiderman, quien en las páginas ha de afrontar el hecho de que las Torres Gemelas fueran derribadas y ni él, ni la comunidad superheroica hiciesen nada.
También influyeron, sin lugar a duda, las crisis económicas y financieras producidas al final de la primera década del siglo XXI, por ello, el superhéroe de esta etapa es más maduro y oscuro.