viernes, enero 17, 2025

Flow, un mundo que salvar: la película de animación que tienes que ver

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Panini

Ganadora del Globo de Oro a Mejor Película de animación, Candidata al Oscar y nominada al Goya Mejor a Película Europea, Flow, un mundo que salvar es ese tipo de película, dulce, sencilla (en apariencia) y para todos los públicos que no te debes perder.

Flow: un bello viaje

Un gato se encuentra en un mundo cubierto de agua, sin aparente rastro humano. En la búsqueda de refugio, se une a un barco con animales de otras especies. Llevarse bien con ellos resulta ser un reto aún mayor que superar su miedo al agua. A lo largo de esta aventura, tendrán que demostrar su valentía y superar sus diferencias para adaptarse a la nueva situación.

Flow, un mundo que salvar, (no me gusta este subtítulo, que no tiene nada que ver con la trama) es la nueva película de animación de Gints Zilbalodis. Este Globo de Oro que ha conseguido forma parte de los 52 premios que acumula esta película en total. Está arrasando en su estreno internacional. En Francia está cerca de alcanzar los 600.000 espectadores y acaba de superar los 4 millones en la taquilla. En México, la película está teniendo particularmente un fuerte impacto allí, alcanzando 600.000 espectadores en 10 días y superando los 2 millones de dólares en taquilla.

En Estados Unidos, la película está disfrutando de una buena longevidad y ha superado los 3 millones de dólares, situándose muy por encima de Robot Dreams, la excelente película que, sin embargo, llegó a los 875 mil dólares. Más de 75 mil espectadores han visto la película en Italia.

Flow, Gints Zilbadolis, Robot Dreams

En Letonia, el país de origen, Flow, un mundo que salvar se ha convertido en la película nacional más exitosa de todos los tiempos superando los 185.000 espectadores. A nivel mundial supera los 11 millones recaudados.

Una deliciosa historia de amistad y de supervivencia

Gints Zilbadolis, principal responsable de la obra (es el director y co-guionista), nació en 1994 en Lituania y ya desde muy temprano mostró su gusto por el cine y comenzó a trabajar haciendo cortometrajes y publicidad.

Su obra destaca por sus animaciones, con una singular estética, incluyendo animación 3D y dibujo a mano. Flow es su segundo largometraje, en el que Zilbadolis nos presenta un mundo a medio camino entre lo real y lo imaginario, una fábula muda en la que los únicos protagonistas son los animales (la mayoría reales, alguno que otro inventado) y donde nos va sorprendiendo a cada momento.

Flow

Como es natural, Flow nos atrapa inicialmente por su expresividad visual. Las texturas, los colores, la luz… Flow posee un virtuosismo técnico pocas veces visto, consiguiendo una sinfonía de luz y color. Además, a diferencia de otras películas recientes de gran calidad (como La guerra de los Rohirrim), los maravillosos fondos no desentonan de los personajes. Se ha conseguido una integración total, lo que hace que nos sintamos, desde el primer momento, “dentro” de la historia.

Junto al excelente nivel gráfico tenemos un maravilloso nivel técnico. Los movimientos de cámara, las diferentes perspectivas nos harán “viajar” en este mundo tanto que nos sentimos inmersos en esos paisajes. Por supuesto, esta película se disfruta mucho más en pantalla grande pero, sinceramente, a veces incluso eché de menos verla con una gafas de VR y unos auriculares (cosa que no descarto hacer cuando esté en plataformas). Seguro que el nivel de inmersión es magnífico.

Pero Flow no solo nos da bonitas imágenes. El guion (como decía antes, obra de Zilbadolis junto a Matīss Kaža) es otro de sus grandes atractivos. Nada más empezar, viendo los paisajes desde los ojos del gato protagonista, vemos vestigios de una civilización que nos hace imaginar toda una intrahistoria y es inevitable preguntarnos quiénes eran los seres humanos que vivían allí antes y por qué, por ejemplo, tenían ese gusto por los gatos (ya lo entenderás cuando veas la película).

Flow

No solo eso, los diferentes animales que aparecen tienen todos y cada uno su propia personalidad, bien definida, Cada uno de los animales refleja un aspecto del ser humano (egoísmo, miedo, avaricia, etc.). Incluso poseen un arco en el que cada uno de los personajes principales evoluciona, siendo muy diferentes al final del viaje que cómo eran cuando lo iniciaron. Hay un momento (muy bello) en el que el gato se encuentra totalmente solo. Y si bien eso es lo que quería al principio de esta historia, ahora se da cuenta de que no es eso lo que desea en este punto. Es como un viaje iniciático en el que el personaje (el gato) pasa a un nivel superior de consciencia

Zilbadolis nos muestra comportamientos de animales muy propios de su raza (perros, gatos, lémures…) y, además, tipos de personalidad muy diferenciados: el líder, el bonachón, el matón… con tal nivel de expresividad que no hacen falta palabras para que comprendamos en cada momento lo que cada uno de los animales pretende o piensa, pero siempre con movimientos propios de cada raza animal, no “humanizándolos” (aunque hay alguna que otra licencia poética en este sentido). Además, se nos muestra una sutil crítica a comportamientos “civilizados” como el consumismo, el afán por conseguir la aprobación de nuestros iguales, etc.

Flow

Eso sí, no tenemos un villano como tal. Algunos seres reaccionan de una manera, digamos, violenta, pero no son malvados. El conflicto de Flow (y que debe existir en toda historia) viene dado por una catástrofe natural, un cambio en su mundo que los personajes deben superar. Incluso esta catástrofe no es algo negativo “per se”: veremos como incluso en medio de todo el caos aparecen momentos de belleza. Hasta la muerte es explicada con una gran sensibilidad y poesía.

Lo que todos tienen en común es una excelente animación. Los movimientos de todos los animales (o del agua, por ejemplo) son suaves y gráciles o violentos y rápidos, dependiendo de lo que la situación requiera. Volviendo a esa inmersión de la que hablaba antes, las aves volando o las escenas en la que los personajes “se deslizan” por el mar son, simplemente, deliciosas. Este efecto se ve impulsado por una gran dirección, en la que destacan los planos secuencia que acompañan a este movimiento elegante y suave.

Desde luego, al elegir la técnica de la animación consigue evitar muchísima limitaciones: desde la creación de esos paisajes hasta elegir personajes no humanos. Además, con la animación es más fácil saltarse las barreras lingüísticas o culturales, consiguiendo llegar a un público más amplio. Como la ya citada Robot Dreams, Flow es una película muda, y eso es porque su expresividad es tal que no le hacen falta palabras.

Flow

Y eso es (y ya termino) porque Flow, un mundo que salvar es toda una experiencia audiovisual. Debemos dejarnos llevar por sus imágenes y disfrutar de este mundo casi onírico, de este viaje en el que acompañaremos a unos improbables amigos por bellos y peligrosos paisajes. Creo que ya lo he dicho: no dejes de verla, me lo agradecerás.

La película llegará a los cines españoles el próximo 24 de enero gracias a ADSO FILMS y FILMIN.

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CRÍTICA

Deliciosa e imprescindible

RESUMEN

Flow, un mundo que salvar es ese tipo de película, dulce, sencilla (en apariencia) y para todos los públicos que no te debes perder.

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