Coloso, que debutó en el emblemático Giant-Size X-Men #1 en 1975, era conocido por su capacidad de transformar su cuerpo en acero viviente. Sin embargo, en esta línea temporal, su alianza con Magneto y otros villanos resultó en la caída de la civilización cuando el Asteroide M se estrelló en la Tierra, eliminando gran parte de la tecnología y la vida tal como se conocía. Años después de esos eventos, Logan ha tomado la justicia en sus manos, eliminando sistemáticamente a los miembros de la Hermandad, incluidos Coloso, Omega Red y Deadpool.
Héroes caídos y un legado de venganza
Aunque Logan logró acabar con los principales villanos responsables del apocalipsis, sus actos han desatado una nueva ola de odio. Ahora, los descendientes de estos mutantes buscan vengar las muertes de sus padres. Entre ellos destaca el hijo de Coloso, quien comparte la misma piel metálica y una fuerza descomunal, convirtiéndose en una amenaza aún más peligrosa para Logan.
El hijo de Coloso, con su piel de acero y fuerza sobrehumana, representa un desafío único, pero también una metáfora de cómo las generaciones futuras heredan tanto los conflictos como las consecuencias de sus antecesores. Lobezno, aunque sigue siendo el guerrero curtido de siempre, no puede ignorar la carga emocional y moral de sus actos.
Una cosa es segura: la lucha de Lobezno no es solo contra sus enemigos, sino también contra el peso de su propio pasado. Y aunque sus garras de adamantium pueden cortar a través del acero, el dolor emocional de traicionar viejas alianzas y enfrentar las consecuencias de sus decisiones es una herida que ni siquiera él puede sanar fácilmente.
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