La nueva versión de Street Fighter debería de retomar la estética de la película original para mantener la esencia del videojuego
La franquicia de Street Fighter se prepara para regresar a la gran pantalla en 2026, y los fans ya están especulando sobre cómo este reinicio en acción real se comparará con la infame versión de 1994. Aunque la película original, protagonizada por Jean-Claude Van Damme, es recordada como un desastre cinematográfico, hay algo que hizo bien y que el nuevo proyecto debería recuperar: su tono camp y despreocupado, que abrazaba la esencia del videojuego.
Street Fighter de 1994
Dirigida por Steven E. de Souza, un veterano de las películas de acción de los años 80 y 90 (Jungla de Cristal, Perseguido), la adaptación de Street Fighter intentó capturar el espíritu de los juegos de Capcom. Contaba con un reparto repleto de estrellas, desde Jean-Claude Van Damme como el imponente Coronel Guile hasta Raúl Juliá en el papel del villano M. Bison, pasando por Ming-Na Wen como Chun-Li.
Sin embargo, a pesar de su potencial, la película fue un desastre en términos de crítica y recepción. Con un presupuesto de 35 millones de dólares, el producto final parecía mucho más barato, con vestuarios que recordaban disfraces de Halloween y actuaciones que rozaban el límite entre lo exagerado y lo inverosímil.
A pesar de todo, la película dejó una huella en la cultura pop. Su tono camp, aunque mal ejecutado en ocasiones, resultó ser el único elemento que realmente reflejaba la extravagancia de los juegos. Y si el reinicio de 2026 quiere triunfar, debería aprender de esta lección.
Por qué el tono camp es crucial para Street Fighter
Los juegos de Street Fighter nunca se han tomado demasiado en serio. Desde los icónicos movimientos especiales hasta los coloridos personajes como Blanka, Dhalsim y Zangief, la franquicia se caracteriza por su creatividad desenfrenada y su estética exagerada. La película de 1994 capturó este espíritu, aunque de forma accidentada, gracias a sus diálogos cargados de frases memorables y su compromiso con representar a los personajes tal como eran en el videojuego, sin intentar humanizarlos excesivamente.
El mejor ejemplo de esto es Raúl Juliá, cuya interpretación de M. Bison fue tan extravagante como apasionada. En una de sus líneas más recordadas, le dice a Chun-Li: “Para ti, el día en que Bison visitó tu aldea fue el más importante de tu vida. Para mí, fue martes“. Este nivel de teatralidad y humor intencionado es algo que el reinicio no debe dejar de lado.
Lo que salió mal y cómo evitarlo
Aunque el tono camp funcionó, la ejecución de otros aspectos de la película de 1994 fue desastrosa. El vestuario, por ejemplo, era fiel al videojuego, pero no logró adaptarse a un estándar cinematográfico, dejando a los personajes con atuendos que parecían baratos y poco trabajados. Además, las coreografías de combate carecían de la energía y espectacularidad que se esperaría de una película basada en un juego de lucha.
Si el reinicio de 2026 quiere superar a su predecesor, necesitará equilibrar el tono camp con un diseño de producción de alta calidad. Los trajes deben seguir siendo fieles a los personajes, pero adaptarse de forma que resulten impresionantes en pantalla. Además, las secuencias de acción deben estar a la altura de los estándares modernos, combinando artes marciales bien coreografiadas con efectos visuales impactantes.
El legado de Raúl Juliá y su importancia en el reinicio
Es imposible hablar de la película de 1994 sin mencionar a Raúl Juliá. Su actuación, a pesar de lo absurdo del guion, fue un testamento a su talento y compromiso. Interpretó a M. Bison con una intensidad que elevó el material, dejando un vacío difícil de llenar en cualquier adaptación futura.
El nuevo Street Fighter debería honrar este legado. Esto no significa intentar replicar la actuación de Juliá, sino asegurarse de que los personajes villanos tengan el mismo nivel de carisma y presencia escénica. Elegir al actor adecuado para M. Bison será crucial, y el guion deberá proporcionar diálogos que capturen tanto el humor como la amenaza que define al personaje.
Qué esperar del reinicio de 2026
Legendary Pictures, el estudio detrás del proyecto, tiene una oportunidad de oro para aprender de los errores del pasado mientras aprovecha lo que hizo memorable a la película de 1994. Con los avances tecnológicos y un enfoque narrativo más sólido, este reinicio puede combinar la nostalgia por los juegos clásicos con un atractivo moderno.
El reto estará en encontrar un equilibrio entre el respeto a los juegos y la creación de una película que funcione por sí misma. Esto significa que, además de recuperar el tono camp, la nueva película deberá ofrecer una narrativa coherente, personajes bien desarrollados y acción que deje a los espectadores al borde de sus asientos.
El reinicio de Street Fighter en 2026 tiene la posibilidad de redimir a la franquicia en el cine, pero solo si aprende del pasado. Al abrazar el tono camp que hizo única a la película de 1994, y al mismo tiempo elevar la calidad de la producción, puede ofrecer una experiencia que satisfaga tanto a los fans de los videojuegos como a los nuevos espectadores.
Raúl Juliá nos mostró que incluso en el material más extravagante puede haber grandeza. Ahora es el turno de Legendary Pictures de demostrar que Street Fighter puede ser algo más en la historia del cine.