La editorial de Weekly Shonen Jump, Shueisha, logra una condena en Japón contra un hombre que traducía manga sin permiso antes de su lanzamiento
La piratería sigue siendo un gran problema para la industria del manga, y las editoriales japonesas no están dispuestas a ignorarlo. Shueisha, la compañía detrás de Weekly Shonen Jump, ha conseguido que la justicia japonesa condene a un hombre por traducir y difundir ilegalmente sus mangas antes de su publicación oficial. La sentencia, emitida en enero de este año, establece una multa de 500.000 yenes (unos 3.224 dólares o aproximadamente 2.970 euros), marcando un precedente importante en la lucha contra la distribución no autorizada de contenido.
Un golpe a la traducción ilegal de manga
La noticia fue difundida por la Asociación de Derechos de Autor para Software de Computadora (ACCS) y amplificada por Sandman en X (antes Twitter). Según la sentencia del tribunal de Tokio, el acusado tradujo manga de Weekly Shonen Jump sin permiso de Shueisha, permitiendo que estos contenidos se filtraran en redes sociales y llegaran a páginas de piratería en el extranjero.
En un comunicado oficial, Shueisha enfatizó la gravedad del caso, señalando que la filtración de material antes de su lanzamiento supone un gran perjuicio para la industria y para los autores que trabajan en estas historias. “Es significativo que se le haya encontrado culpable de traducción no autorizada”, declararon desde la editorial.
Este caso no es aislado. En 2023, las autoridades japonesas arrestaron a un grupo de personas por subir ilegalmente mangas de Weekly Shonen Jump y Weekly Shonen Magazine antes de su lanzamiento. En esa ocasión, la policía de Niigata y Kumamoto —ciudad natal del creador de One Piece, Eiichiro Oda— realizó una investigación conjunta que resultó en condenas con penas suspendidas, lo que significa que los implicados entrarán en prisión si reinciden en los próximos tres años.
La piratería de manga
El caso de este traductor ilegal refleja un problema mucho más grande dentro del mundo del manga. La piratería de manga es una de las formas más extendidas de piratería digital en el mundo, y su funcionamiento está ligado a la propia distribución del material en Japón. Muchas tiendas reciben ejemplares antes de su lanzamiento para garantizar su distribución a tiempo, pero algunas rompen las reglas y digitalizan los contenidos, que luego se suben a internet, donde son traducidos y compartidos sin control.
Ante esta situación, Shueisha, Kodansha y Shogakukan, tres de las mayores editoriales de manga, han recurrido a los tribunales de Estados Unidos para perseguir a los responsables de estas filtraciones. Recientemente, Shueisha solicitó a un tribunal de California que emitiera una orden contra Cloudflare, obligándolos a revelar la identidad de los administradores de 19 sitios de piratería, que en diciembre sumaban más de 560 millones de visitas. El tribunal concedió la petición, lo que significa que Cloudflare deberá proporcionar la información requerida, ayudando a la editorial a rastrear y perseguir legalmente a los responsables.
¿Se puede frenar la piratería del manga?
A pesar de estos esfuerzos, la piratería sigue siendo un problema complejo. Muchos fans justifican su existencia debido a la falta de disponibilidad legal de ciertas obras en sus países o a la lentitud de las traducciones oficiales. Sin embargo, los creadores y las editoriales insisten en que la piratería les causa un daño enorme, afectando directamente los ingresos que permiten la continuidad de las series y la retribución justa a los autores.
Algunas plataformas oficiales como MANGA Plus de Shueisha han tratado de combatir la piratería ofreciendo capítulos gratuitos en simultáneo con Japón, con traducciones de calidad y acceso legal. Sin embargo, la batalla contra los piratas digitales está lejos de terminar. Con medidas legales cada vez más estrictas y una mayor cooperación internacional, es posible que la industria del manga logre reducir significativamente el impacto de la piratería en el futuro.