Marvel Comics muestra como un personaje olvidado por los cazadores de mutantes en Sentinels podría provocar un giro devastador en la historia mutante
El universo Marvel siempre ha sabido jugar con nuestras emociones, pero lo que ocurre en Sentinels #4 es un golpe directo al corazón de los fans de los mutantes. Esta nueva entrega revela un giro devastador en la historia de los cazadores de mutantes, conectando directamente con un personaje que muchos podrían haber dado por perdido: Juston Seyfert.
Una tragedia tecnológica
En Sentinels #4, la clásica amenaza de los Sentinels evoluciona en algo aún más oscuro y peligroso. Después de un desastroso intento en Madripoor, el programa Sentinel parece estar al borde del colapso. Sin embargo, el verdadero propósito del proyecto era desarrollar una nueva generación de armas basadas en tecnología robada de un joven Juston Seyfert.
Juston, quien debutó en 2003 en el cómic Sentinel #1, era un adolescente que encontró un Sentinel desactivado en el desguace de su familia en Wisconsin. En lugar de destruirlo, decidió reprogramarlo, convirtiéndolo en un protector personal. A lo largo de sus aventuras, este dúo poco convencional luchó por defender a los más débiles, pero no sin sufrir las consecuencias de enfrentarse a fuerzas mucho más grandes.
Un héroe trágico
Tras ser invitados a formar parte de Avengers Academy, Juston y su Sentinel compartieron misiones junto a héroes como X-23 y Quicksilver. Pero su historia se vio truncada por la brutal intervención de Apex, un villano que los dejó al borde de la muerte. Aunque el cuerpo de Juston no sobrevivió, las nanomáquinas de su Sentinel se fusionaron con él, creando una nueva forma de vida híbrida.
Es esta fusión la que ahora sirve como la base tecnológica para los nuevos Sentinels del programa. Sin el consentimiento de Juston, su tecnología ha sido utilizada para crear soldados cibernéticos capaces de enfrentarse a mutantes como Omega Red. Sin embargo, estos avances tienen un precio: los soldados corren el riesgo de quedar físicamente fusionados con sus implantes, lo que ha provocado tensiones entre los propios Sentinels y los agentes gubernamentales detrás del proyecto.
El regreso del dilema mutante
La tragedia de Juston Seyfert no es solo un golpe emocional, sino un reflejo de uno de los temas recurrentes en los cómics de los X-Men: el abuso de poder y la persecución hacia quienes son diferentes. Desde su debut en 1963, los mutantes han sido símbolo de exclusión y lucha por los derechos, algo que esta nueva trama enriquece al mostrar cómo incluso los héroes pueden ser explotados y traicionados.
El director de Sentinels, Alex Paknadel, junto al ilustrador Justin Mason, consigue transmitir esa mezcla de desesperanza y heroísmo que define a los X-Men. La obra, acompañada de los colores vibrantes de Federico Blee, explora los dilemas éticos y las consecuencias de tratar a los mutantes (y ahora a los híbridos como Juston) como herramientas en lugar de seres vivos.
¿Qué sigue para los Sentinels?
El final de Sentinels #4 deja a los lectores en ascuas. Con el programa en riesgo de desmoronarse y las relaciones entre los Sentinels y sus creadores más tensas que nunca, está claro que se avecina una nueva crisis para el universo mutante. Este cómic es otro recordatorio de que en Marvel, el pasado nunca desaparece realmente, y los errores de ayer siempre regresan con consecuencias devastadoras.
Si eres seguidor de los X-Men y te apasionan las historias que mezclan ciencia, tragedia y humanidad, Sentinels #4 es una lectura obligada. Este cómic no solo rescata a un personaje olvidado como Juston Seyfert, sino que amplifica el drama al colocar su legado en el centro de una nueva amenaza.