Enkidu, la primera versión del Hulk de Marvel.
Enkidu es un personaje de la mitología sumeria que acompañaba al rey Gilgamesh en sus aventuras, aunque, en un principio, la diosa Aruru lo había enviado a la Tierra para derrotar al monarca. Al igual que ocurre con otros personajes pertenecientes a las leyendas mitológicas, como Thor o Hércules, Enkidu también ha pasado a formar parte del Universo Marvel, de una manera algo diferente a la versión original (pero respetando algunas de sus características más conocidas, como el hecho de haber mantenido amistad con el ya mencionado rey Gilgamesh), tal y como se puede comprobar si se continua leyendo este artículo hasta el final.
Al igual que otros monstruos con los que Hulk ha tenido la mala suerte de cruzarse últimamente, como son los casos de Jinni Dagaal, Nephele o Sumanguru, Enkidu también está estrechamente relacionado con la Primogénita, según se nos relata en la aventura Lament For A Fallen Crown, publicada el año pasado entre los cómics 15 y 16 de la colección The Incredible Hulk, escritos por Phillip Kennedy Johnson y dibujados por Danny Earls. A continuación, reproducimos la portada de el primero de estos ejemplares, en cuya parte inferior podemos apreciar el monstruoso aspecto de Enkidu.
Todo empezó hace 3600 años, en la ciudad de Nínive, situada en el estado de Asiria, lugar al que llegó un hombre de enfermo aspecto, conocido por el nombre de Tammuz, para encontrarse con un grupo de gente, algunos de ellos crucificados, rezándole a la Diosa Niña. Sin embargo, con apenas investigar un poco, no tardó en descubrir que la zona se encontraba dominada por unos seres monstruosos, al servicio de la mencionada deidad, entre cuyas verdaderas intenciones se encontraban las de utilizar a la gente como trabajadores para las minas.
Sin embargo, Tammuz no era un hombre corriente, ya que, tras ser alcanzado por un meteorito, que convirtió su cuerpo en cenizas, renació como un humano con la capacidad de transformarse en un ser monstruoso conocido como Enkidu.
Tras hacerle un servicio a una anciana experta en magia, ella lo lo encaminó hacia Nínive, lugar donde, supuestamente, encontraría la muerte que tanto ansiaba. No obstante, no tardó en darse cuenta de que aquellos monstruos no eran rivales para él, de modo que pudo destrozar a todos los que le plantaron cara sin ningún problema.
Una vez se encargó de todos, Enkidu fue informado por los habitantes de Nínive de cómo las monstruosidades que estaban al servicio de la Niña Diosa llegaron con la oscuridad y mataron al rey a todos sus soldados, además del hecho de que cada noche aumentaba su número. Así mismo, también le informaron de que estaban convencidos de que la deidad adoptaba esa forma corpórea por diversión, no por que fuese una niña de verdad. Una vez fue puesto al corriente, Enkidu prometió encargarse de arreglar las cosas.
Cuando la Primogénita se enteró de la existencia de este ser, al que todos se referían como Aquel que Está por Debajo de Todo o el Portador de la Luz de la Puerta Verde, pensó que quizás poseyera el poder suficiente para liberar a la Madre de Horrores y, desde su punto de vista, enderezar la Tierra.
Enkidu no se hizo esperar y penetró en las murallas de la Ciudad Caída con la intención de acabar con el poder ostentado por la Diosa Niña, arrasando con todo lo que pusiera en su camino. Una vez se encontró frente a ella, la deidad le informó de que toda carne viva era suya por derecho, lo que significaba que Enkidu estaba obligado a obedecer sus deseos.
Por supuesto, él no estaba dispuesto a dejarse mangonear por nadie, aunque acabó siendo reducido por las artes mágicas de la Primogénita, pero ni siquiera su poder fue suficiente para abrir la Puerta Verde y liberar a la Madre de Horrores. Sin embargo, Enkidu sí logró dejar de estar bajo el control de la Diosa Niña, a la que destruyó sin ningún miramiento, aunque a costa de su propia vida.
Así fue como terminó la primera vida de la Primogénita en la Tierra, lo que provocó la huida de todos sus seguidores, mientras que los habitantes utilizaron sus huesos para adornar la tumba de Enkidu. No obstante, ahora que ha regresado de entre los muertos, la Primogénita está convencida de que puede servirse de Hulk como intentó hacerlo en el pasado con el que puede ser considerado como su antecesor.
En realidad, Enkidu ya había sido referenciado en la aventura Citizen Kang (Part One), publicada en Captain America Annual nº 11 (1992), por obra de Roy Thomas y Larry Alexander, aunque tuvo su verdadera primera aparición en la aventura que da nombre al ejemplar Inmortal Hulk: Time of Monster nº 1 (2021), con guion de Al Ewing y Alex Paknadel y dibujos de Juan Ferreyra, cuya portada reproducimos bajo este párrafo, pero no fue hasta los ya citados cómics de Hulk que hemos conocido su relación con la Primogénita, que ahora parece dispuesta a complicarle la existencia al coloso esmeralda más famoso de Marvel.
Para concluir, en la película Eternals (2021), Enkidu es referenciado como un Desviante que se enfrentó a los Eternos en Babilonia.
