El mundo del cine llora la pérdida de Gene Hackman, una de sus figuras más emblemáticas conocido por sus papeles cómo Lex Luthor en Superman o el detective “Popeye en The French Connection
Además de sus dos premios Óscar, Hackman fue galardonado con cuatro Globos de Oro y dos BAFTA, consolidándose como uno de los actores más versátiles y respetados de su generación. Su capacidad para encarnar tanto a héroes como a villanos le permitió destacar en películas como “Bonnie and Clyde” (1967), “Mississippi Burning” (1988) y “Unforgiven” (1992), donde interpretó al implacable sheriff “Little” Bill Daggett.
Retiro y vida personal
En 2004, tras una exitosa carrera, Hackman decidió retirarse de la actuación, siendo “Welcome to Mooseport” su última película. Posteriormente, se dedicó a la escritura, publicando varias novelas de ficción histórica. Junto a su esposa Betsy Arakawa, con quien contrajo matrimonio en 1991, se estableció en Santa Fe, alejándose de los reflectores de Hollywood.
Más allá de su papel como villano, Hackman brilló en dramas, thrillers y westerns, demostrando una versatilidad única. Comparado con otros actores de su época, como Robert Duvall o Clint Eastwood, su capacidad para interpretar personajes complejos y con profundidad psicológica le convirtió en un referente del cine. Su presencia en pantalla, siempre imponente, deja una huella imborrable en la historia del séptimo arte.
Hackman deja atrás tres hijos de su primer matrimonio con Faye Maltese, con quien estuvo casado durante tres décadas antes de divorciarse en 1986. Su partida marca el fin de una era en el cine, pero su influencia y las memorables actuaciones que brindó seguirán inspirando a futuras generaciones.
Mientras el mundo del entretenimiento lamenta su pérdida, se espera que en los próximos días se realicen homenajes y retrospectivas que celebren la vida y obra de este ícono del cine.