James Cameron reafirma su postura contra la inteligencia artificial con un mensaje claro en la nueva entrega de Avatar
El mensaje contra la IA
Desde su estreno en 2009, Avatar ha sido un referente en innovación tecnológica dentro del cine, revolucionando el CGI y el 3D. La secuela, Avatar: The Way of Water (2022), llevó esa apuesta visual aún más lejos, y todo indica que Fire and Ash seguirá elevando la vara sin recurrir a la inteligencia artificial.
James Cameron y su visión purista del cine
La controversia sobre la IA en la industria cinematográfica ha generado un debate intenso. Mientras algunos cineastas la exploran como una herramienta creativa, Cameron se mantiene firme en su rechazo. En una entrevista previa con CTV News (citada por Variety), el director dejó clara su postura:
“No creo que una mente desencarnada que simplemente regurgita lo que otras mentes han dicho sobre la vida, el amor, la mentira, el miedo y la mortalidad, pueda escribir una historia que realmente conmueva al público. Para eso, hay que ser humano.”
Un fenómeno cinematográfico sin precedentes
Gran parte del atractivo de Avatar radica en su espectacularidad visual, la riqueza de su mundo y el desarrollo del idioma Na’vi. Sin embargo, el avance imparable de la IA plantea un dilema: ¿hasta qué punto la tecnología debe sustituir el trabajo humano en el cine? Cameron deja claro que, al menos en su franquicia, el factor humano sigue siendo primordial.
Un nuevo capítulo en Pandora
Esta tercera entrega, prevista para el 19 de diciembre de 2025, explorará territorios inexplorados de Pandora, centrándose en la misteriosa Tribu de las Cenizas, presentada como el lado más oscuro de los Na’vi. Con este nuevo enfoque, la saga promete sorprender nuevamente, sin perder su esencia visual ni su apuesta por el realismo cinematográfico.
Con el estreno de la película en el horizonte, queda por ver si esta declaración tendrá eco en la industria. Mientras tanto, los fans pueden estar seguros de algo: el mundo de Avatar seguirá siendo fruto del ingenio humano, tal como su creador lo concibió desde el principio.