El actor ganador del Oscar quiere un personaje distinto y una visión de autor que rompa con los clichés del cine de superhéroes
Durante años, Adrien Brody ha estado en las quinielas para algún papel de superhéroe, pero nunca ha terminado de cruzar esa puerta. Y no es porque no quiera: él mismo ha confesado que casi fue el Joker en The Dark Knight, un papel que finalmente recayó en Heath Ledger. Ahora, con un nuevo éxito a sus espaldas gracias a The Brutalist (donde interpreta al arquitecto húngaro László Tóth), Brody vuelve a sonar para el cine de superhéroes, y esta vez podría ser la definitiva… si se cumplen sus exigencias.
Un tipo de héroe que no sigue las reglas
En una charla reciente con Josh Horowitz en el podcast Happy Sad Confused, Brody fue directo cuando le preguntaron si actuar en una peli de superhéroes era una asignatura pendiente: “Si me ofrecen un personaje interesante, con un director que me eleve y me dé espacio para hacer algo realmente distinto en ese mundo, me encantaría”, explicó. Y añadió: “Tienes a Disney, Marvel, todos esos gigantes que dominan la técnica y respaldan estas pelis, han logrado algo enorme”.
Eso sí, dejó muy claro que no se subiría al carro por subirse: “La gente las adora. ¿Quién no querría formar parte de algo que es tan querido? Pero tendría que tener un tono con el que yo conecte. No sería solo por… ya sabes”. Lo suyo no es salir volando con capa sin más.
Brody no busca ser otro héroe más del montón. Quiere algo con personalidad, con alma, con una mirada distinta dentro del mainstream. Y ahí es donde la cosa se pone interesante.
El precedente de Edward Norton y un Hulk que no encajó
Quizás sin saberlo, Adrien Brody está caminando por un sendero que Edward Norton ya exploró con El Increíble Hulk. En esa primera versión del personaje dentro del UCM (antes de que Mark Ruffalo cogiera el testigo en Los Vengadores), Norton intentó hacer algo muy alejado del estándar Marvel. Comparó la historia de Bruce Banner con la tragedia de Prometeo, quería mostrar a un héroe atrapado en su propia maldición, más filosófico y menos explosivo.
El resultado fue una película con un tono más oscuro, introspectivo y “de autor”… pero que no terminó de cuajar con el gran público ni con la maquinaria Marvel. Tanto fue así que se dice que a raíz de ese rodaje, el estudio estableció su famosa “no-asshole policy” para evitar más conflictos creativos.
Entonces, ¿significa eso que Brody debería pensárselo dos veces? ¿O quizás el momento actual del cine pide justo lo que él propone?
¿El antídoto contra la fatiga superheroica?
La gran diferencia entre 2008 y ahora es que el público está empezando a cansarse del modelo Marvel. Las cifras en taquilla ya no son las de antes, y cada vez más voces piden una renovación del género. En ese sentido, una visión como la de Brody podría ser justo lo que necesita el UCM para reinventarse.
Películas como Logan o la trilogía de The Dark Knight ya demostraron que hay espacio para historias de superhéroes con más profundidad, más crudeza y menos chistes forzados. Si Brody se uniera con un director del calibre de, digamos, Denis Villeneuve, Ari Aster o incluso Robert Eggers, podríamos estar ante una propuesta verdaderamente distinta.
Claro, todo esto suena bien en papel, pero ¿estaría Marvel dispuesta a arriesgar así? ¿Se abriría a una película con un tono más adulto y una estructura menos predecible?
Brody, el actor que nunca encaja en moldes
Hay algo fascinante en el hecho de que Adrien Brody nunca haya hecho una peli de superhéroes. Con su mezcla de intensidad, carisma raro y aire introspectivo, parece hecho para romper moldes. Lo vimos en El pianista, en El bosque o incluso en King Kong. No es el típico galán de acción, y eso es precisamente lo que le hace tan interesante.
Tal vez por eso nunca encajó en el molde de Marvel hasta ahora. Pero si hay una etapa para que eso cambie, es esta. Con el multiverso abierto, la diversidad de tonos aceptada y la necesidad de renovar fórmulas, personajes como el que busca Brody podrían ser el salvavidas creativo que Marvel necesita.
¿Será esta la vez que diga sí? ¿Veremos a Adrien Brody convertirse en un antihéroe, un mutante, un villano con matices o un justiciero caído en desgracia?
Lo que está claro es que, si sucede, no será una peli más.
