¿Cuál es la relación existente entre Bart Sears y la revista Wizard?
Bart Sears es un estadounidense conocido por ser artista de cómics, además de diseñador de juguetes, que ha colaborado en cabeceras tan conocidas como Justice League Europe (1989 – 1993) o Legends of the Dark Night (1989 – 2007). Sin embargo, lo que nos interesa en este artículo es cuál es la relación que existe entre este autor y el magazine Wizard (1991 – 2011), en cuyas páginas te podías enterar de las últimas novedades del mundo del noveno arte. Tienes que continuar leyendo este artículo hasta el final si quieres averiguarlo.
Todo esto comenzó en mayo de 1992, que es la fecha en la que salió a la venta el noveno número de dicha revista. Como se puede comprobar en la portada, que está reproducida bajo este párrafo, Veneno, conocido por ser uno de los peores villanos que haya enfrentado Spiderman, es el encargado de protagonizarla, lo que no debería extrañarnos lo más mínimo, ya que se trata de un famoso personaje de Marvel, de no ser porque el dibujo está firmado por un tal Wittman, dibujante del que nadie había oído hablar hasta la fecha. ¿De quién se trataba y cómo, surgiendo de la nada, había logrado encargarse de la portada del noveno número de Wizard?

Resulta que la verdadera identidad de Wittman no era otra que la del ya mencionado Bart Sears, que había utilizado ese seudónimo por la sencilla razón de que, en aquella época, tenía un contrato de exclusividad con DC, por lo que es normal que a dicha editorial le hubiera sentado bastante mal descubrir que no solo había colaborado con la revista Wizard sino que, además, lo había hecho con un dibujo de un personaje de la competencia. No obstante, cabe destacar que el segundo nombre de Bart Sears era Wittman, de modo que no se puede decir que se tratara de un seudónimo convencional.
Sin embargo, su relación con la revista Wizard no se limitó a dicha portada, ya que, al vencimiento de su contrato con DC, Bart Sears tomó la decisión de no renovar con la editorial, puesto que prefirió trabajar en el magazine, en condición freelance y con su verdadera identidad ya revelada. Dentro de dicha revista, inauguró la sección Brutes and Babes!, en la que se dedicó a impartir clases de dibujo siempre orientadas al mundo de las historietas, evidentemente.
Como se muestra en la imagen inferior, desde esta seccion, Bart Sears se dirigía a los lectores de la revista en los siguientes términos:
Hola, bienvenidos a Brutes and Babes.
A lo largo de este capítulo y los siguientes intentaré darte algunas instrucciones, sugerencias, consejos y conocimientos útiles sobre cómo dibujar cómics potentes.
Nuestros temas incluirán anatomía, estilo de narración, perspectiva, diseño, movimiento y acción, actuación y expresiones, entintado y referencias.
Dibujar cómics es divertido y emocionante, pero dibujar cómics bien requiere tiempo, paciencia y mucha práctica.
Así que… ¡vamos a ello!
Para hacer más atractiva la sección, a Bart Sears se le ocurrió la idea de organizar un concurso llamado “Dibuja a Cable“, en el que animaba a los lectores a utilizar sus dotes artísticas para representar a este futurista hijo de Scott Summers y Madelyne Pryor, cuyo ganador, según informaba el número 21 de la revista Wizard, fue un tal Stephen Gallego. A continuación, mostramos el dibujo en cuestión.
No obstante, no deja de resultar bastante curioso el hecho de que Stephen Gallego nunca llegó a dedicarse al mundo del cómic de forma profesional, al contrario de lo que sucedió con Gerry Alanguilan, que alcanzó el segundo puesto, Ken Lashley o Tim Townsend, que también resultaron finalistas del concurso ideado por Bart Sears, ya que los dos primeros se convirtieron en dibujantes, mientras que el tercero se dedicó a ser entintador.
Para concluir este artículo de curiosidades, cabe reseñar que la revista Wizard acabó por declarar que el auténtico responsable de que Bart Sears firmara su dibujo de Veneno bajo el nombre de Wittman no fue otro que Gareb Schamus, que era el editor de la revista. Se suponía que se trataba de un experimento con la intención de analizar el impacto que podía tener en la ventas de la revista la elección de un dibujo llevado a cabo por un artista desconocido para la portada, un plan con el que Bart Sears se había sentido conforme.
Pese a que hay que ser honestos y admitir que la explicación soltaba un tufo a excusa barata que echaba para atrás, solo para no tener que reconocer que no se había respetado el contrato en exclusividad que Bart Sears tenía con la editorial DC, la cosa no fue a mayores, de modo que se puede decir que la jugada les salió a pedir de boca, tanto al artista como a la revista.