La nueva película basada en el famoso videojuego no se llama “The Minecraft Movie”, y hay una razón creativa detrás de eso
El significado del título A Minecraft Movie
Jared Hess, conocido por dirigir joyas del humor absurdo como Napoleon Dynamite y Nacho Libre, también lo dejó claro: “No somos la historia oficial. No estamos canonizando nada. Somos solo una de entre un millón de historias posibles”.
Este enfoque, en lugar de limitar, abre las puertas a infinitas posibilidades narrativas. No intenta definir el universo de Minecraft, sino jugar en él. Y eso, para muchos fans, es justo lo que necesitaban escuchar.
Una película con una clara declaración de intenciones
Y hablando de imaginación, el apartado visual también se ha atrevido con lo absurdo. No faltan piglins, llamas y esas construcciones imposibles que hacen del juego una caja de locuras pixeladas. “Hay muchas cosas en Minecraft que son absurdas. Eso es parte de lo divertido”, dijo Parent. Según ella, el tono ha sido clave, y nadie mejor que Hess para entenderlo y aplicarlo.
La película más absurda del año… y con orgullo
La elección del tono no ha sido casual. Con Hess al mando, la película apuesta por el humor inteligente, lo ridículo y lo entrañable. En resumen, ese tipo de humor que hace que un tipo vestido de luchador mexicano resulte entrañable en Nacho Libre.
No es una sorpresa que este equipo haya optado por la autoexpresión por encima de la fidelidad canónica. Minecraft, al fin y al cabo, nunca se trató de una historia cerrada. Se trata de ti. De lo que tú quieras construir.
¿Seguirá el camino de Super Mario o de Borderlands?
El éxito o fracaso de la película aún está por verse. Las adaptaciones de videojuegos han tenido un historial mixto en taquilla. Ahí están los casos de The Super Mario Bros. Movie o Sonic, que arrasaron, frente a títulos como Borderlands, que han generado dudas incluso antes de estrenarse.
Así que, aunque A Minecraft Movie no prometa ser la película definitiva del juego, sí parece que va a ser una fiel representación de su espíritu. No es la historia, es una historia. Y eso, en un universo donde puedes construir desde una granja de pollos automática hasta una réplica del Taj Mahal, suena bastante acertado.