Fallece Clive Revill la mítica voz original del Emperador en Star Wars y Alfred en Batman

El actor neozelandés, Clive Revill, deja tras 94 años un legado inolvidable entre los fans de Star Wars y DC Comics

Cuando la Fuerza susurra desde el pasado, es imposible no detenerse a escuchar. Clive Revill, la voz que en su día susurró “Hay una gran perturbación en la Fuerza”, ha fallecido a los 94 años, dejando tras de sí una carrera repleta de momentos icónicos que marcaron la historia del cine, la televisión y el doblaje. El actor murió el pasado 11 de marzo en un centro de cuidados en Sherman Oaks (California), según informó su hija, Kate Revill, a The Hollywood Reporter. Llevaba tiempo luchando contra la demencia.

La voz que perturbó la galaxia

Para los fans de Star Wars, Revill siempre será recordado como la voz original del Emperador Palpatine en El Imperio contraataca (1980). En una de sus formas más enigmáticas, el personaje aparecía como una proyección holográfica, y fue el director Irvin Kershner quien llamó personalmente a Revill, con quien había trabajado en A Fine Madness, para darle vida vocal a ese momento tan oscuro y memorable.

“Probé varias veces y descubrí que funcionaba mejor sin emoción alguna”, explicó Revill en una entrevista en 2015, describiendo cómo abordó el tono inquietante del personaje.

Aunque posteriormente fue reemplazado por Ian McDiarmid en la versión de 2004 para DVD, los fans nunca olvidaron la primera vez que escucharon esa frase heladora. “Se me acercan y les digo que cierren los ojos. Luego les digo con voz del Emperador: ‘Hay una gran perturbación en la Fuerza’. ¡Uno casi se desmaya!”, recordaba entre risas.

Un caballero también en Gotham

Pero si Star Wars le dio un rincón en el universo galáctico, fue el universo DC el que lo vinculó con la infancia de millones. En Batman: The Animated Series, Revill puso voz a Alfred Pennyworth, el fiel mayordomo de Bruce Wayne, durante los tres primeros episodios de la serie animada: On Leather Wings, Christmas with the Joker y Nothing to Fear. Después, Efrem Zimbalist Jr. asumió el personaje, pero esa primera interpretación quedó grabada en los oídos de los fans.

Su tono elegante, sarcástico y cálido se convirtió en el Alfred que muchos seguimos imaginando al leer los cómics.

Del teatro de Shakespeare a las galaxias muy, muy lejanas

Nacido el 18 de abril de 1930 en Wellington (Nueva Zelanda), Revill encontró su vocación después de conocer a nada menos que Laurence Olivier, quien lo animó a formarse en la Old Vic Theatre School de Inglaterra. De allí dio el salto a Broadway en 1952, y más tarde se convirtió en veterano de la Royal Shakespeare Company. Sus dotes para el teatro musical también fueron reconocidas con nominaciones al Tony por sus papeles en Irma la Douce y Oliver!.

No se quedó ahí. Su talento le valió una nominación al Globo de Oro como Mejor Actor de Reparto por su papel en Avanti! y participó en películas como Zorro, The Gay Blade, The Great Houdini, The Queen of Spain o la mítica Transformers: The Movie.

Una carrera marcada por la voz

Revill fue un verdadero camaleón vocal. Prestó su voz a personajes animados en sagas como The Transformers, DuckTales, Dragon’s Lair, The Real Adventures of Jonny Quest, Godzilla: The Series, Johnny Bravo, Pinky and the Brain o Alvin and the Chipmunks.

En videojuegos tampoco se quedó corto. Dio vida a varios personajes del universo Star Wars, pero también fue el temible Doctor Doom en Marvel: Ultimate Alliance, además de participar en títulos de The Jungle Book, The Hobbit o Pirates of the Caribbean: At World’s End.

Su voz se convirtió en una especie de puente entre generaciones, capaz de estar en una sala de teatro de Londres o en la consola de un adolescente fan de la cultura pop.

Despedida a un caballero de la escena

Aunque en sus últimos años se mantuvo alejado del foco, Clive Revill nunca desapareció del todo. Su voz —etérea, versátil, poderosa— se quedó flotando en nuestras memorias, colándose entre los recuerdos de infancia y las maratones de sagas míticas.

Le sobreviven su hija Kate y su nieta Kayla, pero también una legión de fans que seguirán recordando aquel susurro de la Fuerza, el ingenio de Alfred y tantas otras joyas que este actor nos regaló durante más de siete décadas de carrera.