El tándem de autores se reencuentra para narrar el lado más tormentoso de Jason Todd con un nuevo enfoque de Robin que no deja indiferente a nadie
Jason Todd nunca fue un Robin convencional
Con una personalidad marcada por la impulsividad, el carácter explosivo y un pasado complicado, el segundo pupilo de Batman siempre ha generado división entre los fans. Lemire y Nguyen, ganadores del premio Eisner y responsables de obras como Descender o Sweet Tooth, se proponen indagar en la fragilidad emocional de Jason, en su lucha constante contra los demonios internos y en la tensión creciente con su mentor, Bruce Wayne.
Pero aquí no hay tiempo para entrenamiento suave. Jason llega a Gotham con cicatrices abiertas, cargado de ira y con una necesidad desesperada de aprobación. Batman cree que puede moldearlo como a su predecesor, pero la realidad es muy distinta: Jason es una tormenta emocional, y puede que ni siquiera el mejor detective del mundo sea capaz de detener el huracán que está por desatarse.
La oscuridad tiene nombre propio
Además, un nuevo villano —envuelto en un misterioso sudario blanco y aún sin nombre— aparecerá en escena con el objetivo de cazar al nuevo Robin, aprovechando sus inseguridades y su ira contenida.
¿Una secuela espiritual o un nuevo comienzo?
Aunque la historia de Robin & Batman: Jason Todd puede leerse de forma independiente, los guiños al cómic de 2021 están más que asegurados. En aquella ocasión, la dupla artística se centró en los traumas de Dick Grayson tras perder a sus padres y su proceso de adaptación a la disciplina de Bruce. Ahora, Lemire da un salto emocional aún más potente al retratar a un Robin que no busca redención ni comprensión, sino sobrevivir a su propia furia.
Un viaje hacia la tragedia o redención
Para los fans de Batman, esta serie no es solo otra historia más. Es una exploración del dolor, la responsabilidad y los errores de juicio. Porque incluso Batman, con todo su entrenamiento y experiencia, no siempre acierta. Y con Jason, el precio de equivocarse será más alto que nunca.