Seis nuevos episodios, un regreso inesperado y distopías que te harán apagar el móvil (al menos un rato)
Prepárate para volver a mirar con desconfianza a tu móvil, porque Black Mirror regresa este 10 de abril en Netflix con una séptima temporada que promete hacerte cuestionar otra vez todo lo que das por hecho en la tecnología… y en la vida. Sí, Charlie Brooker lo ha vuelto a hacer: seis nuevas historias nos invitan a sumergirnos en futuros (o presentes disfrazados) que rozan lo perturbador y lo fascinante. Y por si fuera poco, un episodio muy querido por los fans regresa con continuación: USS Callister vuelve para ampliar su universo digital.
Todo lo que sabemos
La nueva temporada viene cargada de estrellas, con nombres como Rashida Jones, Peter Capaldi, Issa Rae, Awkwafina, Paul Giamatti o Will Poulter al frente de relatos que no dejarán indiferente a nadie. Cada episodio es un mundo propio, pero todos comparten ese sabor amargo tan característico de la serie: ese que te deja pensando durante horas (o días) si no seremos ya parte de la distopía.
“Common People”, dirigido por Ally Pankiw, arranca con un drama íntimo: Amanda, una profesora, sufre una emergencia médica, y su marido recurre a Rivermind, un sistema de alta tecnología que podría mantenerla con vida… pero no sin consecuencias. Con Rashida Jones y Chris O’Dowd al frente, este episodio parece una mezcla de amor desesperado y dilemas éticos futuristas.
En “Bête Noire”, una joven prodigio de la repostería se ve inquietada por la llegada de una excompañera de instituto a su empresa. Todo suena a reencuentro inofensivo… hasta que empieza a notar que hay algo raro en Verity. Muy raro. Siena Kelly lidera este relato que apunta a paranoia con toques de thriller psicológico.
Y si lo tuyo son los multiversos con sabor a Hollywood, prepárate para “Hotel Reverie”. Una estrella de cine A-list (interpretada por Issa Rae) se ve atrapada en una versión increíblemente inmersiva de una película británica antigua. Solo siguiendo el guion podrá volver. Literalmente. Sí, lo sabemos, esto suena a locura y nos encanta.
Los seis episodios que podrían redefinir tus pesadillas digitales
La serie no baja el ritmo con “Plaything”, dirigido por David Slade. En una Londres del futuro cercano, un sospechoso de asesinato es vinculado a un viejo videojuego de los 90. La gracia es que el juego está lleno de criaturas adorables con IA… que quizá no son tan adorables después de todo. Peter Capaldi protagoniza este capítulo que promete ser un bombazo para los fans de los videojuegos con trasfondo siniestro.
En el episodio “Eulogy”, un hombre solitario se enfrenta a un sistema que permite adentrarse dentro de fotografías antiguas. Una tecnología que, más que recuerdos, puede acabar desatando emociones que deberían haberse quedado enterradas. Paul Giamatti lidera esta historia que apunta al corazón con bisturí emocional.
Y, por supuesto, el gran bombazo para los seguidores de la serie: USS Callister: Into Infinity vuelve con un viaje más allá del final original. Robert Daly está muerto, pero la tripulación sigue atrapada en un universo virtual infinito, luchando por sobrevivir mientras millones de jugadores los acechan. Vuelve Cristin Milioti como la Capitana Cole, acompañada de los personajes que ya hicieron de este episodio uno de los más recordados de Black Mirror.
La serie que nos pone frente al espejo (y no nos gusta lo que vemos)
Desde su estreno en 2011, Black Mirror ha sabido colarse en nuestras pesadillas digitales más profundas. No se trata solo de ciencia ficción: es una crítica mordaz al mundo real, camuflada en futuros posibles. Y eso es lo que hace que, temporada tras temporada, esta serie siga teniendo un hueco privilegiado en nuestras listas de “series que tienes que ver sí o sí”.
La mente detrás de todo esto sigue siendo Charlie Brooker, que en esta séptima temporada firma todos los episodios, ya sea en solitario o junto a colaboradores como Bisha K. Ali o Ella Road. Su sello es inconfundible: humor negro, ironía, y esa incomodidad que se te queda pegada al terminar cada capítulo.
La producción sigue en manos de Netflix, que ha demostrado saber mantener el tono y la calidad visual de la serie incluso cuando las tramas se vuelven más ambiciosas y surrealistas. Si las anteriores entregas nos llevaron a realidades alternativas, redes sociales infernales y simulaciones demasiado reales, esta nueva tanda parece querer superarse a sí misma en cada historia.