De Doctor Who a Willow, repasamos la carrera llena de magia, drama y legado eterno de Jean Marsh
Cuando hablamos de leyendas de la televisión británica, el nombre de Jean Marsh no puede quedar fuera de la conversación. La actriz, fallecida a los 90 años el pasado 13 de abril en su hogar de Londres, dejó tras de sí un legado inmenso que abarcó desde clásicos como Doctor Who hasta ese rol que todos los fans del cine fantástico recordamos con escalofríos: la temible Reina Bavmorda en Willow.
Su muerte fue confirmada por su amigo cercano, el cineasta Michael Lindsay-Hogg, al New York Times. Marsh, que sufría complicaciones derivadas de la demencia, seguía viviendo en su ciudad natal, Londres, donde falleció tranquilamente.
El legado de Jean Marsh
Jean Marsh no era solo actriz, era narradora, creadora y símbolo de una era televisiva. Empezó su formación a lo grande: ballet desde los 7 años, clases de teatro y canto, y su primer papel en pantalla con solo 18 años, en The Infinite Shoeblack (1952). A partir de ahí, encadenó actuaciones en teatro, cine y televisión que mostraban una versatilidad fuera de lo común.
Su carrera se disparó con un pie en ambos lados del Atlántico: en 1959 debutó en Broadway en una versión de Mucho ruido y pocas nueces y también se dejó ver en The Twilight Zone, en el episodio “The Lonely”, donde interpretó a Alicia. Pero fue en su país donde realmente se convirtió en una figura imprescindible.
Su trabajo en Doctor Who es de los que hacen historia: apareció en 15 episodios entre las temporadas 2, 3 y 26, con personajes tan icónicos como Joanna, Sara Kingdom y Morgaine. Más adelante, siguió dando vida a Sara Kingdom en las versiones en audio de la serie y fue narradora habitual. La conexión de Marsh con el universo del Doctor no era algo pasajero: era parte esencial de su historia.
Pero si hablamos de papeles clave, no podemos pasar por alto Upstairs, Downstairs (Arriba y abajo en España), serie que co-creó y protagonizó, interpretando a Rose Buck, una criada que se ganó el cariño del público durante los 68 episodios emitidos entre 1971 y 1975. Un auténtico bombazo de la época, precursor de ficciones modernas como Downton Abbey.
Su poder como Reina Bavmorda
Para muchos de nosotros, Jean Marsh nos marcó con un hechizo cinematográfico. En Willow (1988), dirigida por Ron Howard y producida por Lucasfilm, su interpretación como la despiadada Reina Bavmorda fue absolutamente inolvidable. Ese momento en el que grita “¡Sois todos cerdos!” y convierte a un ejército en pocilga es pura magia oscura de los 80, una escena que nos traumó y fascinó a partes iguales.
Willow se ha convertido en un clásico de culto, y mucho de eso se debe al talento de Marsh. Bavmorda no era una villana más, sino una figura poderosa, aterradora y compleja. Su actuación allí resume lo que Marsh ofrecía siempre: intensidad, elegancia y un carisma magnético, incluso cuando jugaba en el lado oscuro.
Una artista que no se encasillaba
A lo largo de su carrera, Jean Marsh saltó de género en género con total naturalidad. Desde el thriller con Hitchcock en Frenesí (1972), hasta el drama costumbrista británico, la ciencia ficción o la fantasía, siempre logró dejar huella. Su capacidad para pasar de la criada entrañable a la bruja aterradora sin perder credibilidad la convierte en una actriz única en la historia de la televisión y el cine.
Y aunque sus apariciones fueron más escasas en los últimos años, nunca desapareció del todo. Su voz, su presencia y su influencia siguieron vivas en los relatos sonoros de Doctor Who y en las repeticiones de esos clásicos que no envejecen.
Jean Marsh no necesitó millones de seguidores en redes para ser recordada. Su trabajo hablaba por sí solo. Fue una artista con mayúsculas, una mujer que supo contar historias desde todos los ángulos: como actriz, como guionista, como narradora. Y lo hizo durante siete décadas. Ahí es nada.