El dios del trueno afronta su destino definitivo de forma inesperada por los seguidores… pero ¿es realmente el final?
Durante meses, Thor ha estado al borde de lo imposible, enfrentando desafíos que harían temblar a cualquier Vengador. Pero ahora, el martillo cae por última vez: Immortal Thor llega a su fin con el número 25 en julio de este año. Marvel ha confirmado el cierre de la serie, y lo hace por todo lo alto, con una muerte que promete dejar huella en el Universo Marvel… aunque quizá no sea tan definitiva como parece.
Después de todo, si algo nos enseñó Immortal Hulk es que la muerte es solo una etapa más del viaje cuando Al Ewing está al timón. Y sí, este es el mismo Ewing que ahora firma esta versión de Thor inmortal, acompañado del dibujante Justin Greenwood, quien debuta en Marvel justo en este número final.
La Muerte de Thor en Marvel Comics
El principio del fin ya ha comenzado, con Immortal Thor #23, que inicia el arco titulado nada menos que La Muerte de Thor Inmortal. Este capítulo lo ilustra Jan Bazaldua, pero será Greenwood quien se encargue del clímax absoluto en el número 25, a la venta el 2 de julio. La historia llevará al dios del trueno a enfrentarse, completamente solo, contra los Dioses de Utgard —unos antagonistas tan antiguos como letales— y, como si fuera poco, contra una versión monstruosa de sí mismo: una serpiente que lleva su rostro… y su martillo.
¿Puede haber un enemigo más personal que ese?
Marvel ha adelantado algunos detalles sobre este enfrentamiento final, y no decepcionan. En un escenario tan místico como trágico, Thor se adentrará en Vidblainn, la tercera tierra de los muertos, un lugar del que nadie ha regresado jamás. Allí, enfrentará su última batalla. Una que no solo decide su destino, sino el de su legado.
Un legado que no muere
Aunque el título “Immortal Thor” desaparece, Marvel ha dejado claro que la historia del dios del trueno está lejos de terminar. De hecho, la editorial ya ha insinuado que este cierre es en realidad una antesala para lo que vendrá después. Según el comunicado oficial: “Este julio, la etapa de Al Ewing en Immortal Thor llega a una conclusión impactante, preparando el terreno para su nueva y atrevida visión del Dios del Trueno que se lanzará más adelante este mismo año”.
Vamos, que esto suena más a reboot o renacimiento que a funeral.
Y si necesitábamos más pistas, están en las portadas. La principal corre a cargo del legendario Alex Ross, mientras que el propio Martin Cóccolo —quien ha acompañado a Ewing en buena parte de esta etapa— firma la portada conectada de los números 23 al 25, titulada La muerte de Thor Inmortal. Esta obra gráfica representa tres momentos clave: un Thor glorioso rodeado de héroes, un asgardiano derrotado frente a sus enemigos y, finalmente, una estatua del dios entre calaveras y cielos oscuros. Una narrativa visual que ya nos avanza su posible resurrección simbólica.
¿Qué viene después?
Durante los últimos números, el cómic no solo ha planteado la fragilidad del propio Thor, sino que ha ampliado el panteón de personajes que podrían continuar su legado. Entre ellos, destaca el regreso de Magni, el hijo de Thor, traído de vuelta desde una línea temporal alternativa. Este movimiento abre la puerta a nuevas series o spin-offs que sigan explorando la mitología asgardiana con otros protagonistas.
¿Veremos a Magni convertirse en el nuevo dios del trueno? ¿O será Thor quien, como tantas veces, regrese de entre los muertos con una nueva misión?
La despedida de un dios, pero no del mito
Lo que está claro es que Al Ewing ha sabido jugar con los conceptos de vida, muerte e inmortalidad como pocos autores contemporáneos. Su etapa en Immortal Hulk redefinió al Gigante Esmeralda y ahora hace lo mismo con Thor, dándole una dimensión más filosófica y oscura. Y si ese cómic fue un éxito rotundo, tanto en ventas como en crítica, todo apunta a que Immortal Thor seguirá ese mismo camino una vez recopilado.
Para los fans, este final es una mezcla de tristeza y expectación. Nos despedimos de una serie que ha sabido elevar a Thor más allá de los típicos martillazos y rayos, para convertirlo en un símbolo de sacrificio y resistencia. Pero también nos preparamos para lo que viene, porque si algo nos ha enseñado Marvel es que los dioses nunca mueren del todo… solo esperan su regreso.