Según los diarios encontrados en el castillo, Heinrich acabó traicionado por Red Skull, Arnim Zola y Baron Von Strucker (sí, el mismo apellido que vimos en La era de Ultrón), quienes le quitaron el control de su propia casa. Intentó rebelarse y matar a Red Skull, pero fracasó. Su legado se perdió, su castillo fue destruido y Hydra se salió con la suya.
Tras la destrucción del castillo y la caída del régimen, la familia Zemo habría tenido que huir de Alemania. Y según palabras del propio Helmut en el MCU, acabaron en Sokovia, un país al que él mismo describió como un “estado fallido”. Esa caída de estatus, de nobleza europea a ser una familia olvidada en un país en ruinas, debió marcar profundamente a Helmut desde pequeño.
El personaje de Zemo en el MCU ha sido una de las versiones más complejas y carismáticas que hemos visto. A diferencia de su contraparte en los cómics —donde a veces colabora con Hydra y otras veces los traiciona por conveniencia—, el Zemo de Daniel Brühl tiene principios, aunque sean retorcidos. Detesta el poder sin control, la idolatría a los superhombres y el legado de Hydra.
Lo más curioso es que este pedazo de historia no está en ninguna peli ni serie del MCU, sino en un videojuego que sirve de puente narrativo. Y aun así, conecta como anillo al dedo con el desarrollo del personaje de Helmut Zemo.
Quizá Marvel debería empezar a recuperar estos relatos secundarios que enriquecen su universo. ¿Quién sabe? Puede que el futuro de los Thunderbolts (donde Zemo podría tener mucho que decir) nos traiga más revelaciones del pasado. Porque si algo ha dejado claro el MCU, es que todo está conectado, incluso los rincones más oscuros del legado Zemo.