Una escena viral, un reparto inesperado y un montón de palomitas volando: así ha conquistado el mundo la adaptación de Minecraft
Convertir lo absurdo en oro
Y justo cuando va a enfrentarse a esa criatura, el personaje de Jack Black (Steve) suelta la frase mágica con un tono ridículo: “¡Chicken jockey!”. Lo que empezó como un momento tonto ha escalado hasta convertirse en una locura colectiva en los cines, con adolescentes gritando, aplaudiendo como si no hubiera mañana, lanzando palomitas y refrescos, y hasta subiéndose unos encima de otros. Tal ha sido el desmadre que en varias sesiones ha tenido que intervenir la policía. Y no es broma.
“Me hace gracia que llamen a la policía por culpa de las palomitas”, ha dicho el director de la película. “Es genial ver cómo la gente hace recuerdos con sus amigos y familias. Incluso si se les va un poco de las manos.”
El videojuego más improbable para una película
Lanzado originalmente en 2009, Minecraft es un fenómeno de la cultura pop que, en teoría, no encaja del todo con la narrativa cinematográfica clásica. No hay historia central, ni personajes fijos. Solo cubos, construcción libre y monstruos nocturnos.
Y, sin embargo, ahí están Jack Black como Steve y Jason Momoa dando vida a un friki de los videojuegos que quiere recuperar su gloria perdida. Un dúo tan improbable como divertido, que ha sabido reírse de sí mismo, y eso el público lo ha agradecido.
Un éxito que nadie esperaba, pero que todos comentan
Warner Bros, que llevaba tiempo buscando un pelotazo tras varios fracasos, ha dado con una gallina de los huevos de oro (literal). Y lo mejor de todo es que la película sigue en cartelera y no muestra señales de agotamiento.
¿El nacimiento de una nueva saga?
Si Warner Bros sabe jugar bien sus cartas (y no abusa del chiste fácil), podríamos estar ante el inicio de una franquicia inesperada, que se apoya tanto en el fandom del juego como en el humor viral que ha generado.