El gigante del vídeo ha vetado dos canales tras una investigación que ha destapado los tejemanejes de Hollywood y los millones generados con contenido engañoso
Durante años, los fans del cine se han topado en YouTube con tráilers espectaculares que prometían películas imposibles: desde una entrega de James Bond protagonizada por Henry Cavill y Margot Robbie, hasta una nueva temporada de El juego del calamar con Leonardo DiCaprio. Todo muy espectacular… pero completamente falso. Ahora, YouTube ha decidido poner freno a este tipo de contenido: ha desactivado la monetización de dos de los canales más conocidos por crear estos vídeos con inteligencia artificial, Screen Culture y KH Studio.
YouTube da un golpe sobre la mesa contra los tráilers falsos
La decisión llega tras una investigación exclusiva de Deadline, que ha desvelado no solo el alcance de estos tráilers falsos, sino también cómo algunos estudios de Hollywood están, en secreto, beneficiándose de ellos. Lejos de proteger su contenido, ciertos gigantes como Warner Bros. Discovery y Sony han pedido a YouTube que redirija los ingresos publicitarios generados por estos vídeos a sus propias arcas. Eso sí, ninguno ha querido hacer comentarios oficiales.

Mientras tanto, YouTube se ha amparado en sus normas de monetización, que exigen a los creadores transformar de manera significativa el material que no es suyo, además de evitar contenido “repetitivo o duplicado” hecho solo con el objetivo de generar visitas. En pocas palabras: si tu vídeo es solo un gancho para sumar clics y no tiene creatividad real, no vas a cobrar por él.
KH Studio ha respondido, asegurando que sus vídeos buscan “entretener con ideas del tipo ‘¿y si…?’” y que jamás han querido engañar a nadie. “Llevo más de tres años dedicándome a esto a tiempo completo. Es duro ver que se nos mete en el mismo saco que el contenido engañoso”, explicaba el creador del canal.
Por su parte, Screen Culture no ha hecho declaraciones, aunque su fundador, Nikhil P. Chaudhari, ya había defendido anteriormente su proyecto como un ejercicio de edición creativa. Con un equipo de una docena de editores, crean hasta 12 vídeos a la semana, todos ellos pensados para enganchar a fans de franquicias como Los Cuatro Fantásticos o Superman.

La doble cara de Hollywood: critican, pero ganan
Aquí es donde la historia se vuelve aún más interesante: mientras YouTube prohíbe este tipo de contenido por considerarlo “engañoso”, algunos estudios cinematográficos estarían pidiendo en privado que no se eliminen, siempre que ellos se lleven el dinero de los anuncios. Una especie de “vale, está mal… pero si me das parte, seguimos”.
Y no hablamos de migajas: según Deadline, Screen Culture ha conseguido más de 1.400 millones de visualizaciones y 1,4 millones de suscriptores en solo dos años. Aunque Chaudhari no ha querido revelar sus beneficios exactos, es evidente que ha ingresado millones de dólares gracias a estos vídeos.
Además, muchos de estos tráilers falsos acaban posicionándose por encima de los oficiales en los resultados de búsqueda de YouTube. Algo que también ha sido motivo de crítica por parte de los medios, ya que los algoritmos de la plataforma priorizan lo llamativo frente a lo verdadero.
A esto se suma que muchos de los vídeos infringen también las políticas de desinformación técnica de YouTube, ya que contienen imágenes manipuladas digitalmente para hacer pasar algo falso por real. Pero claro, si el contenido genera dinero… el dilema ético se vuelve borroso.

Creatividad vs. clickbait
El debate que se abre con este caso es delicado. Por un lado, hay quien defiende este tipo de vídeos como una forma moderna de fan art audiovisual, una forma de imaginar mundos alternativos o castings imposibles que, en el fondo, no hacen daño a nadie. De hecho, el propio Chaudhari afirma que “la mayoría del público sabe que mis vídeos no son oficiales”, y que quien busca el tráiler real puede encontrarlo fácilmente.
Pero claro, no todos los usuarios tienen tan claro dónde acaba la ficción y dónde empieza el marketing real. Y cuando millones de personas hacen clic creyendo que están viendo algo auténtico, la línea se difumina peligrosamente.
El caso de KH Studio y Screen Culture es solo la punta del iceberg. Hay una avalancha de canales similares usando inteligencia artificial para generar versiones falsas de películas que aún no existen, alimentando el hype de los fans, y llenando sus bolsillos con los ingresos por publicidad.
YouTube ha querido actuar, al menos de cara al público, desactivando la monetización. Pero con los estudios aprovechando la situación para seguir ganando dinero entre bambalinas, no está tan claro que esta batalla esté realmente cerrada.