En el primer volumen de esta suerte de spin-off del Nuevo Universo DC, conocíamos a Calvin Rose, una Garra o secuaz del Tribunal de los Búhos (la organización maléfica que protagonizó el primer arco argumental de Batman tras el reinicio del Nuevo Universo DC) renegado con grandes dotes o habilidades de escapismo. Pese a que el Cruzado de la Capa asestó un duro golpe a los villanos, el Tribunal aún no ha sido destruido, por lo que Rose se alía con Sebastian Clark, un hombre misterioso que posee numerosa información sobre el mismo, para derrocarlo definitivamente.
Por consiguiente, ambos colaborarán para destruir los puestos clave de la organización. A su vez, al mismo tiempo, los Búhos no se quedarán de brazos cruzados y contraatacarán. Sin embargo, tal como pudimos apreciar al final del tomo anterior, no todo es lo que parece y Sebastian Clark tenía un pasado muy singular que ocultó al maestro del escapismo con el fin de manipularlo. Es precisamente esta revelación, que supone todo un punto de inflexión en la obra, la que hace de hilo conductor entre dos elementos fundamentales para la presente entrega: Bane y el archienemigo de la Garra renegada, el Tribunal de los Búhos.
Respecto al primero, el tomo da comienzo con una breve historia alternativa, perteneciente a la cabecera Detective Comics pero incluida aquí por su relevancia y relación con la historia, protagonizada por el adicto al Veneno. En ella, James Tynion IV, el guionista del número y de todas las historias de Garra recopiladas en el volumen, narra el intento de invasión de la ciudad de Gotham por parte del villano, frustrado por los secuaces del Tribunal. A raíz de este hecho, Bane se percatará de la necesidad de acabar con dicha organización. Los lápices corren a cargo de Mikel Janín, habitual de la Liga de la Justicia Oscura, quien realiza un muy buen trabajo a pesar de que la escasa longitud de la historia no permite apreciar mucho.
Posteriormente, asistimos al final del primer arco argumental de la cabecera, que supone también un cambio radical en el status quo de la colección, tanto por la relación entre Sebastian Clark y Rose como por la nueva coyuntura de este último. Nuevamente, la historia es escrita por Tynion IV, mientras que Guillem March, quien dibujó prácticamente todo el primer tomo, concluye (por desgracia) su andadura en Garra. Del mallorquín no hay mucho más que añadir a lo que dije en su momento: a mi juicio es un gran dibujante que merece estar en colecciones de primer nivel, fundamentalmente por su notable expresividad y su soltura a la hora de llevar a cabo viñetas grandes, lo que agiliza la narración.
Después de los sucesos anteriores, la serie entra en un cruce con un grupo de superhéroes habitual en la la ciudad de Gotham: las Aves de Presa. Por ello, el volumen también contiene los cuatro episodios de la cabecera correspondientes al evento, escritos por Christy Marx. Sin desvelar mucho, basta decir que, por un lado, las Aves de Presa han encontrado a otra Garra renegada a la que están intentando proteger. al mismo tiempo, el popular villano Mr Frío, quien ayudó en la resurrección de los matones del Tribunal, anhela obtener el secreto de su invulnerabilidad. La situación se complica cuando este último secuestra a un integrante de las Aves de Presa para averiguar la ubicación del laboratorio de la organización y conseguir así dicho secreto. Del apartado gráfico se ocupa Romano Molenaar, quien realiza un trabajo más que correcto, destacando fundamentalmente a la hora de plasmar rostros femeninos.
Lo más relevante de lo anterior, más allá de volver a saber algo de Mr Frío y ver cómo el Tribunal sigue en activo, es contemplar el destino de Calvin Rose, algo totalmente impensable números atrás. Esto es, la Garra renegada deberá de llevar a cabo actos en contra de su voluntad debido a la nueva tesitura de Casey y a Sarah Washington, sus seres queridos, al tiempo en que intenta no quebrantar sus valores morales con los mismos. En consecuencia, en el último tercio del número asistimos a la culminación de todas las tramas planteadas con anterioridad. A saber, el plan de invasión de Gotham y aniquilación del Tribunal de los Búhos por parte de Bane y sus hombres, el encuentro entre las Garras renegadas, el dilema constante de Calvin Rose, la reaparición de algunos personajes del volumen anterior…
Precisamente, cuando el guión alcanza su punto álgido, el dibujo es más inconsistente. En otras palabras, los episodios de Garra pasan de un dibujante magistral como Guillem March a uno no tan bueno como él como Miguel Sepúlveda, lo que supone que el segundo pierda en términos comparativos o relativos, aunque no realiza ni mucho menos un mal trabajo. Además, Simon Kudranski, habitual en las obras del Caballero Oscuro, también colabora, lo que añade más irregularidad gráfica al volumen. Conviene decir que, a mi entender, este último, debido a su estilo, casa mejor con cómics de temática más sobria u oscura que el que nos ocupa.
Respecto a la edición, ECC Ediciones incluye la historia complementaria de Detective Comics, cuatro números de Aves de Presa (del 18 al 21 USA) y cinco de Garra (del 7 al 11 USA) en un tomo rústica de 216 páginas a color por 19,5€. También podremos encontrar las distintas portadas, así como diversos artículos. Mencionar que hubiera sido interesante un texto explicando brevemente la situación de Aves de Presa con el fin de saber algo más del grupo y de sus miembros.
Ciertamente, Garra es una colección que podría haber funcionado realmente muy bien a modo de serie limitada. Es decir, una historia de un solo arco con inicio y final, abriendo la posibilidad de poder ver a Calvin Rose en futuras ocasiones como personaje eventual en el seno de la Batfamilia. Sin embargo, pese a que los guionistas han logrado hilar de forma correcta ambas tramas, el cómic produce en ciertos momentos la sensación de irrelevante, de que podría contarse algo similar con cualquier otro aliado de Batman. Es decir, aunque los Búhos y, de manera secundaria, la organización de Washington, dan a Garra algunos aspectos diferenciadores, no ha sabido muy bien encontrar su camino. Y, desgraciadamente, no lo va a hallar nunca a causa de su cancelación anunciada hace unos meses.
Pese a lo anterior, dado que tan solo queda un volumen recopilatorio más para finalizar la andadura de este singular personaje, si habéis empezado la cabecera es una pena dejarla a medias. Por consiguiente, si ya teníais con anterioridad el primer tomo, recomiendo echarle un vistazo a su continuación, ya que aunque el nivel decrece Garra todavía logra aguantar el tipo ofreciendo un cómic entretenido.
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