A dos tomos de concluir la colección, ya han sido tratados numerosos aspectos o perspectivas de la más que ilustre Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, hay una facción o nación que, pese a tener una importancia creciente en las típicas introducciones de la cabecera, no ha tenido su propio momento de gloria o volumen: los japoneses. De hecho, como veremos, además de este imperio asiático también tendrán relevancia los chinos y americanos, pese a que lo fundamental sean los seguidores del Emperador.
Como siempre, realizo un breve recordatorio a todo lo acaecido, tratándose prácticamente de una copia del anterior volumen, que analicé la semana anterior. En el primer tomo, Hitler era asesinado en 1939, originando un cambio en la posterior Batalla de París y creando fuertes divisiones en el Tercer Reich. A la postre, esto hace que el conflicto bélico sea totalmente distinto al vivido en la realidad. Posteriormente, en el segundo volumen, la España de Franco se unía a Alemania con el fin de invadir el peñón de Gibraltar: mientras que en la tercera entrega los británicos planificaban una ingeniosa treta para forzar a Estados Unidos a tomar parte en la guerra. A su vez, en el cuarto recopilatorio, el mismo ejército inglés traza un plan para eliminar a Vasili Záitsev, un francotirador soviético que ha abatido a múltiples de sus oficiales. Finalmente, en el anterior volumen, veíamos cómo los italianos sufrían la guerra y cómo esta afectaba al Vaticano, entre otras cosas.
Con el fin de desvelar lo menos posible, y de ilustrar la coyuntura general del imperio japonés en el conflicto, la ocupación de parte de China y la guerra contra Rusia está siendo más compleja de lo esperado. En consecuencia, a regañadientes, Japón pide ayuda a Estados Unidos para resolver la situación. No obstante, al mismo tiempo, intenta evitar que los norteamericanos, preocupados por la influencia japonesa de la zona, dejen una impronta. Es decir, logren obtener algún tipo de control sobre la zona. Así pues, ante la conflictividad y la dificultad de negociar, Estados Unidos envía a una suerte de diplomático, el teniente segundo Matthew Hayward, traductor de chino y japonés, para agilizar las conversaciones y conseguir poner en marcha algún tipo de operación de una vez por todas.
A su vez, el oficial Hayward en uno de sus paseos por Pekín, además de puede contemplar la belleza y singularidad de la zona, hace un nuevo amigo: un perro amarillo de carnicería al que llamará Lemon (Limón en inglés). Precisamente, será ese perro amarillo el que otorgue título a este volumen y asista junto al joven teniente a unos hechos escalofriantes y desgarradores, que mostrarán de primera mano la crueldad de la guerra en general y del ejército japonés (o, mejor dicho, de los oficiales del mismo) en particular. De hecho, este será el tema fundamental de la obra.
Por tanto, la ocupación japonesa en la zona de Manchúria, las tensiones entre chinos ocupados y japoneses conquistadores, así como la alianza americana y japonesa; serán meros pretextos o hilos conductores de lo anterior. Y es que en ningún otro tomo de WW2.2 la otra guerra mundial se pueden contemplar con tal claridad las brutales consecuencias de la guerra sobre la población civil como en este. En este sentido, Hubert, el guionista del volumen, ha estado muy acertado, relatando sin ningún tipo de restricción todos los horrores de los bombardeos, las ejecuciones, las revueltas…para todos los bandos: soldados, bienes materiales…Además, para ahondar aún más en el desprecio de la vida humana y la deshumanización del rival, el escritor introduce una relación macabra entre el general japonés y el teniente, que solamente puedo calificar de sumamente desconcertante y cruel. El giro argumental supone, pues, todo un verdadero punto de inflexión en el volumen.
Además, otro aspecto tratado con notable habilidad, aunque ya visto en otras muchas obras, es la peculiar moral y conducta del ejército japonés. En otras palabras, el preferir morir a retirarse, el abalanzarse sobre un tanque o un enemigo con artefactos explosivos, el ir en avalancha hacia una ametralladora enemiga…En términos simples, las tácticas kamikaze de los mismos y el singular patriotismo y sentido del deber japonés.
En cuanto al dibujo, Le Roux Etienne lleva a cabo un magnífico trabajo a la hora de plasmar todo tipo de crueldades, mencionadas anteriormente. Además, es muy hábil representando los distintos escenarios orientales que se pueden apreciar en el tomo, así como los diferentes tipos de rostros. Mencionar nuevamente el buen uso del color en el volumen, tal como se venía haciendo en los casos anteriores.
Respecto a la edición, es idéntica a las entregas anteriores: al tratarse de cómic europeo, el formato, así como su precio, es considerablemente diferente a los habituales. Es decir, Diábolo Ediciones nos ofrece el quinto tomo de la cabecera de 56 páginas encuadernado en cartoné por 15,95€. En suma, este es el tomo más cruel y explícito de la cabecera, mostrándonos los efectos de la guerra sobre la población civil y el singular y reprobable comportamiento de los japoneses en la misma. Así pues, logra mantener el nivel y, en este tomo quizá más aún, seguir sorprendiendo al lector. A mi entender, es la mejor entrega de la cabecera.
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